De acuerdo con el Segundo Informe anual sobre las víctimas de la trata en Europa sudoriental de Regional Clearing Point, programa administrado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la trata de personas alcanza proporciones alarmantes en esta región y afecta a un creciente número de hombres.
Esto sucede, sobre todo, en Albania donde el 70 por ciento de las víctimas son del sexo masculino; país en el que junto con Rumania y Moldova, las víctimas de trata son menores de edad, no sólo con fines de explotación sexual, también para realizar trabajos forzosos, mendigar o delinquir, subraya el informe.
En 2005, el fenómeno muestra otras características en esta zona europea y va en aumento, según Regional Clearing, programa financiado por Cooperación Suiza al Desarrollo, Oficina de Coordinación de la Cooperación Técnica de Austria, Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Dirección de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos y OIM.
El Informe destaca que las cifras de víctimas de trata podrían ser muy superiores al número que este programa atendió de enero del 2000 a diciembre de 2004, seis mil 255; teniendo a Albania, Rumania, Moldova –y, en menor medida, Bulgaria y la Provincia de Kosovo (Serbia y Montenegro)- como las principales regiones o países de origen de personas objeto de trata.
Añade que un creciente número de víctimas son objeto de trata en naciones que hasta ahora eran de tránsito y destino: Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Serbia y Montenegro.
Ucrania es el principal país de origen de las víctimas de la trata hacia los países de Europa sudoriental, con un aumento de personas que llegan desde China, Iraq, Georgia, Mongolia, Líbano, Armenia y Uzbekistán, señala.
Con relación a la trata interna y el uso de documentos legales hay también cambios, apunta el Regional Clearing, que sostiene que la trata interna se incrementó en Serbia, Montenegro, Rumania y Bulgaria, en algunos casos sólo como la primera etapa con miras a la trata internacional.
Explica, además, que cada vez son más las víctimas que usan documentos legales con ese fin y pasan las fronteras en los cruces oficiales.
Otra característica nueva es la adaptación de los traficantes y sus cómplices a las medidas de lucha contra la trata, subraya el Informe, modificando el modo de operación e itinerarios utilizados.
Añade que la deportación de las víctimas de la trata hacia sus países de origen sólo contribuye a ampliar el fenómeno, ya que estas personas pueden volver a ser objeto de trata.
Aun cuando trabajar y conseguir un mejor nivel de vida se mantiene como el principal motivo de la mayoría de las víctimas de trata para abandonar sus hogares –no tienen empleo, están subempleadas y ganan bajos salarios–, el principal medio para engancharlos es vía el o la «enamorada» o mujeres como intermediarias, que a menudo son víctimas o ex víctimas de este fenómeno.
La contratación a través de falsos anuncios de trabajo o agencias de empleo disminuyó, ya que «el público en general es consciente de los peligros que entraña la aceptación de empleos dudosos en el extranjero».
Como hechos positivos en asistencia y protección a las víctimas, el Informe destaca los mecanismos de remisión de las personas y la participación de los gobiernos en la prevención, protección y actividades de enjuiciamiento y sanción.
Existen huecos en lo que respecta a identificar y ofrecer asistencia especializada a menores víctimas de trata y una mayor cooperación intergubernamental que pueda establecer una base de datos centralizada y promover mayor comprensión del fenómeno.
05/CV/SJ
