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Alianzas criminales

Por Marta Guerrero González

Frente a lo burdo del escenario político y el descarado cometer de sus principales actores, recibimos con precaución, pero con genuina alegría, dos noticias. Una viene de Mérida y la otra de Morelos.

Sirvan ambas de gran lección.

El aviso es el mismo, nadie puede actuar impunemente. En el caso de Cervera Pacheco, el hoy derrotado aspirante a presidente municipal por Mérida, Yucatán; tendría que ofrecer disculpas por su inacabada soberbia y, si fuera otra clase de gente, bien aconsejar a los Hank y a Madrazo para que se retiren a tiempo.

Desafortunadamente la cerrazón y la ceguera son el valuarte de la ambición política. Madrazo no tiene razón al excluir a su antojo, poner, otorgar y pretender un liderazgo imposible de sostener, ausente de todo respeto y de seguidores.

Cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) más ha necesitado de la unión, cohesión y rumbo, es decir después de perder la presidencia de la República, lo único que ha logrado Madrazo, es el rechazo, la desunión, el resentimiento, la deserción y la sed de revancha.

Los cercanos pronto dejarán de serlo. Nadie puede administrar un partido político como si se tratase de la economía doméstica, de los dineros en la cartera del pantalón; disponiendo, escatimando recursos o apoyos a los que más carecen de ellos. La queja es generalizada. El pretexto es la multa; no hay dinero.

Tal vez sea cierto, pero también sale dinero de manera discrecional. Todo mundo habla de ello. Para unos estados hay, para otros casi nada y a los consentidos les sobra. Así van a perder la oportunidad de recuperar el poder.

Mientras no existan candidatos honestos, legítimos en cuanto a reconocimiento y presencia, Madrazo seguirá perdiendo aunque de vez en cuando ganase en las urnas. Tendrán que replantearse y discutir nada menos que el tema del mismísimo partido, el roto y desmotivado priismo.

En cuanto a Morelos, Estrada Cajigal está viviendo justo lo que negó que sucedería –otro ciego–, y si hay razón y prevalece la justicia, el señor gobernador tendrá que dar, por lo menos, explicaciones sobre la estruendosa caída en cuanto a la cantidad confiscada de droga, de tres toneladas a poco más de veinte kilos.

¿Ya no trafican? No lo creo, pues el gobierno de Estrada Cajigal, ha detenido a 580 personas por delitos contra la salud, poco menos que el doble que en el 2001.

Es decir que delincuentes hay pero cuando los atrapan vienen con las manos vacías. Y lo más curioso son los alegatos de inocencia de los detenidos y de fabricación de culpables. Habría que realizar la investigación correspondiente y verificar cada uno de los casos, con independencia absoluta.

¿Se podrá lograr justicia bajo el tutelaje del Ejecutivo? La presencia del gobernador puede bloquear la acción de la justicia. Sobre todo porque el motivo del desafuero y luego el juicio político es precisamente la posible relación con el narcotráfico.

Por lo pronto ha sido notificado. Estrada Cajigal seguirá en la cerrazón permaneciendo en el palacio de gobierno. Y eso es lo que fortalece la necesidad de separarlo del cargo para poder investigar a fondo.

*Periodista y escritora mexicana

2004/BJSM

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