Las y los jóvenes farmacodependientes de la colonia Tacubaya cuentan con un espacio diferente, donde pueden recibir atención a sus adicciones y sus familiares participan en su rehabilitación.
En entrevista con cimanoticias, Rogelio Araujo, director de la Fundación Ama la Vida, explicó que a diferencia de los anexos, este lugar cuenta con tres modalidades de atención.
La primera, llamada Unidad Residencial de Tratamiento, es el centro de atención donde las y los jóvenes llegan a pedir ayuda; la Residencial o semirresidencial, donde los jóvenes son rehabilitados pero no se quedan permanentemente en la institución, y el Tratamiento Ambulatorio Externo.
Fundada en 1991, esta institución de asistencia privada hace un trabajo interinstitucional, con las comunidades de la unidad territorial, con las escuelas y con otros grupos.
Actualmente trabaja con cuatro grupos familiares y con un grupo de jóvenes que presentan esta problemática, sus edades fluctúan entre los 13 y los 35 años, señaló el maestro Rogelio Araujo.
El programa incluye sesiones de trabajo multifamiliares una vez a la semana durante dos horas.
Las y los jóvenes que llegan a la fundación, indica, son canalizados de otras instituciones como el Centro de Integración Juvenil, del programa de Fundación Azteca Vive sin Drogas y del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic).
La farmacodependencia se presenta más en los hombres que en las mujeres pues, indicó Araujo, 60 por ciento de ellos consumen algún tipo de droga, mientras que las mujeres se ubican en el 40 por ciento.
Sin embargo, dijo, los problemas que enfrentan a causa de este padecimiento es diferente pues las mujeres, aparte del rechazo de la sociedad por ser adictas, debido a los trastornos producidos por el consumo de sustancias tóxicas pueden caer en prostitución, embarazos no deseados, depresión e incluso suicidio.
Asimismo, indicó que cada vez es mayor la inclusión de niños en la farmacodependencia, pues ahora ya suman 10 por ciento de la población enferma, mientras que las personas mayores de 35 años representan 15 por ciento.
Araujo explicó que entre los objetivos de la institución está brindar protección y seguridad a las y los jóvenes adictos; dijo, es importante que no se les saque de sus hogares y que mantengan el contacto con sus familiares, pues los tratamientos son largos, de entre dos años y medio y tres años.
Por ello, indicó, esta fundación cuenta con personal especializado en salud mental, pedagogos, trabajadores sociales, médicos, sicólogos sociales y especialistas en farmacodependencia.
Finalmente, indicó que no existen instituciones que involucren a los hijos de las madres que padecen algún tipo de adicción, por lo que es necesario contar con un espacio que contemple a estos pequeños que pueden llegar a padecer esta problemática.
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