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Anuncia Cuba la tasa más baja de mortalidad infantil en 2008

Por Redaccion

Cuba alcanzó la tasa más baja de mortalidad infantil en toda su historia: 4.7 por mil nacidos vivos en el 2008, señalan las publicaciones oficiales Granma y Juventud Rebelde, quienes agregan que ese indicador internacional sintetiza el bienestar y desarrollo de una población, constituida por poco más de 11 millones de habitantes, porque presupone la calidad y accesibilidad al sistema sanitario de una nación y altos niveles educacionales.

Agregan las publicaciones que nueve provincias y el municipio especial Isla de la Juventud muestran tasas por debajo de 5.0 y 26 municipios cero mortalidad infantil. Desde los años 90 hasta la fecha se han establecido 40 subprogramas para la atención materno-infantil que permiten los éxitos de hoy, dicen.

De igual forma, señalan que en 2008 ocurrieron 122 mil 556 nacimientos, es decir, 10 mil 184 más que en el 2007, de acuerdo con datos preliminares ofrecidos ayer por directivos del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) y de la Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública.

Según esta fuente, nueve provincias muestran tasas por debajo de 5.0 en mortalidad infantil: Las Tunas, 2.7; Villa Clara 3.3; Holguín, 3.3; Granma, 4.0; Matanzas, 4.1; La Habana, 4.2; Sancti Spíritus, 4.2; Camagüey, 4.7; y Cienfuegos, 4.8. También el municipio especial Isla de la Juventud con 2.9.

Indica asimismo que la tasa de mortalidad infantil en menores de un año de edad en ese país caribeño en 1960 era de 37.3 y ha ido descendiendo hasta llegar en 2008 a 4.7.

Asimismo, 26 de los 169 municipios cierran con una tasa de cero en mortalidad infantil: En Pinar del Río: San Luis y Mantua; La Habana: Bejucal y Guanajay; Matanzas: Martí, Unión de Reyes, Ciénaga de Zapata, Calimete y Los Arabos; Villa Clara: Caibarién y Cifuentes; Cienfuegos: Aguada de Pasajeros; Sancti Spíritus: Jatibonico y La Sierpe; Ciego de Ávila: Florencia y Baraguá; Camagüey: Guáimaro; Las Tunas: Majibacoa y Amancio Rodríguez; Holguín: Cueto y Sagua de Tánamo; Granma: Cauto Cristo, Media Luna y Campechuela; Guantánamo: Imías y Manuel Tames.

De acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la tasa de mortalidad infantil de Canadá es de 5, de Estado Unidos 6, la de México 29 y la Haití 60, lo que contrasta con la reportada por la Dirección de Estadística del Ministerio de Salud y Población de Cuba, que es de 4.7.

La causa de muerte que más descendió de una tasa de 1.3 a 0.9 por mil nacidos vivos, señalan las fuentes oficiales cubanas, fue la de malformaciones congénitas, como resultado de los programas de pesquisaje prenatal y el de Ultrasonido que se realiza a todas las gestantes durante el primero y tercer trimestre del embarazo.

Los logros en este rubro de la salud pública cubana son atribuidos a factores como la accesibilidad y gratuidad de la atención en salud; la formación creciente de recursos humanos; el desarrollo y dominio de los avances científico-técnicos, lo que se traduce en la eficiencia de los medios para controlar la frecuencia de enfermedades y la mortalidad infantil y general; y en una gran movilización social en tareas de promoción y prevención sanitaria.

MEDIO SIGLO DE ATENCIÓN MATERNO-INFANTIL

Al hacer un recuento de la atención materno-infantil, los diarios oficiales de Cuba recuerdan que en los años 60 se crearon el Servicio Médico Rural, áreas de salud y policlínicos y un sistema nacional sanitario accesible para toda la población, universal y gratuito. También se inició el programa de lucha contra las enfermedades infecciosas y un plan de vacunación con amplia participación popular.

El policlínico comunitario y el programa de atención materno-infantil se establecieron en los 70, periodo en que pasa a los gobiernos locales la atención al sector salud y la formación de sus recursos humanos.

En la década de los 80 se introdujo el modelo de medicina familiar, hay facultades de Ciencias Médicas en todas las provincias, y un fortalecimiento de la red de servicios hospitalarios. Comenzó la introducción y extensión de las tecnologías de avanzada y el desarrollo del programa de especialidades médicas y de la industria médico-farmacéutica.

En los 90 se mantuvo un alto nivel de apoyo presupuestario al sistema nacional de salud, lo que evitó una catástrofe humana en los años más duros del periodo especial (1990-1995), luego del desmantelamiento de la Unión Soviética, el recrudecimiento del bloqueo y la aprobación en 1992 de la Ley Torricelli, que agudizó carencias y no pocas acciones de salud perdieron fuerza e hicieron peligrar incluso algunos indicadores.

No obstante, se hallaron vías alternativas para preservar las conquistas en Salud, con especial énfasis en los cuidados a las madres y las y los niños, señalan las fuentes oficiales. Y desde entonces hasta la fecha se han establecido 40 subprogramas para la atención materno-infantil.

Éstos abarcan desde la vacunación contra 13 afecciones prevenibles, el control de las enfermedades diarreicas, reducción del bajo peso al nacer, detección del cáncer cérvico-uterino, de mama y de la infancia, detección prenatal y en los recién nacidos de dolencias congénitas, que incluye una red de Cardiología Pediátrica, hasta la atención y dietas a los niños con enfermedades crónicas, concluye el texto publicado en Granma y Juventud Rebelde.

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