El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se comprometió anoche a fortalecer sus mecanismos de participación para potenciar iniciativas indígenas, en especial de las mujeres, al finalizar la Primera Cumbre de Mujeres Indígenas de las Américas.
El organismo anunció que con base en los resultados de la Primera Cumbre, apoyará a programas de capacitación y liderazgo femenino, diseñará estrategias para el fortalecimiento de las indígenas, y a partir del 2003 ejecutará programas de desarrollo que incluyan la identidad cultural de los pueblos.
En el acto de clausura, el representante del BID en México, David Atkinson, sostuvo además que cuando realice sus programas, el Banco también tomará más en cuenta las iniciativas que presenten los pueblos y comunidades indígenas de América Latina sin intermediarios innecesarios.
Pidió a las indígenas de México acercarse directamente al BID y formar parte de su Consejo de Desarrollo de la Sociedad, y extendió su invitación a todas las indígenas de América con el fin de que los proyectos para el desarrollo local, regional, nacional e internacional favorezcan a sus comunidades.
«El BID se compromete a responder a los desafíos que enfrentan los pueblos y comunidades indígenas, en especial de las mujeres», sostuvo Atkinson, quien además se comprometió a presentar esta propuesta personalmente con el máximo directivo de este organismo, Enrique Iglesias.
Aseveró que la fuerza que reflejaron las mujeres indígenas en la Cumbre levanta expectativas muy grandes, pero es responsabilidad de ellas explorar y mantener esos canales, con propuestas reales y viables.
Asimismo, exhortó a «dar un voto de apoyo» para consolidar el Fondo Indígena del BID, ya que algunas de las organizaciones de mujeres no confían en este mecanismo, y pidió a las asistentes que busquen mecanismos para que los gobiernos de sus países apoyen esa iniciativa y pueda hacerse realidad.
En tanto, la premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum, aseveró que la meta principal de la Cumbre que presidió, se cumplió. «El objetivo era iniciar un proceso y se ha logrado, no sólo con documentos, sino con un trabajo intenso, serio y profundo de todas las mujeres», dijo.
Sin embargo, exhortó a las delegadas a no archivar las propuestas y el intercambio de experiencias. Menchú consideró que dentro de cuatro años, cuando vuelva a realizarse la Cumbre, no sólo será de las mujeres indígenas de las Américas, sino de todo el mundo, aunque no mencionó donde se realizará.
Antes, se leyó la Declaración Oaxaca y el plan de acción, donde las delegadas pidieron a sus gobiernos ratificar la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación en contra de la Mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Eliminar la Violencia contra la Mujer, así como a respetar la existencia y aplicación del derecho indígena en todos sus aspectos.
«Los Estados deben terminar con todas las formas de discriminación y violencia, incluyendo la violencia sexual como arma de guerra genocida en los conflictos armados, que afecta principalmente a las mujeres, niñas y niños indígenas», expusieron.
Asimismo, instaron a los Estados e instituciones intergubernamentales a propiciar el acceso y control de las mujeres a los recursos económicos, productivos y financieros, mediante la formación técnica en actividades que promuevan la equidad de género y la calidad de vida.
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