Los programas sociales que lleva a cabo la Secretaria de Desarrollo Social del gobierno del estado beneficia tanto a las mujeres que venden mango verde y jícamas con chile hasta las que tienen una tortillería, comenta la titular de la Secretaria de Desarrollo Social (Sedesol), María de los Ángeles Cruz Hernández.
«Las mujeres son actoras principales en el desarrollo de Chiapas», asegura al detallar los programas que desde el inicio del actual gobierno se han destinado para las mujeres, ya que «siguen siendo el eje de la familia».
Como parte de esos programas destaca Semilla para Crecer, lo mismo que diversos proyectos de microfinanciamiento y de microempresas sociales y de asistencia social, donde el crédito financiero lo reciben las mujeres.
Tan solo este año los alcances de los microfinanciamientos en el programa Semilla para Crecer llegará a once mil 800 mujeres de zonas rurales e indígenas; esto además de que cuentan con una recuperación de sus créditos de casi cien por ciento, pagaderos en 12 semanas (tres meses) con una tasa de interés de 1.6 por ciento.
Como único requisito, se les pide a las mujeres beneficiadas que formen una caja de ahorro, sin avales ni garantías; estas cajas atienden principalmente a las mujeres de la zona centro –donde se privilegia a las zonas urbanas y suburbanas pobres—aunque se atiende también la costa, la región fronteriza, los altos y la frailesca.
En este primer piso de financiamiento los créditos destinados a mujeres mayores de 18 años van desde 500 hasta dos mil pesos; posteriormente pueden cotizar en el segundo piso de financiamiento con las microempresas, cuyos créditos alcanzan hasta cien mil pesos.
En los programas de microempresas sociales –que implican la generación de empleos más estables y este año generó mil 524 empleos– hay dos líneas de créditos: una para mujeres y otra para jóvenes; en ambos casos los créditos pueden llegar a los cien mil pesos para los giros de industria, comercio, servicios, ecoturismo, transformación de alimentos, abarrotes, cibercafés, papelerías, carpinterías, carnicerías y fábricas de quesos, entre otras.
Consciente de que los programas son un éxito por su aceptación y recuperación del crédito, a la Sedesol le queda claro que «no vamos a sacar a las mujeres de la pobreza», pero sí estimulan sus capacidades para que generen ingresos para su familia.
Además, gracias al Instituto de la Mujer, los programas transversales de género buscan que estas mujeres sujetas de crédito conozcan todo lo relacionado con la violencia intrafamiliar, salud sexual y reproductiva y, en general los derechos de las mujeres.
En el segundo piso de financiamiento la Sedesol registra a 150 microempresas sociales; de tal manera que, con la apertura de recursos, la federación apoyará proyectos en 61 municipios de la entidad y podrá ampliar los beneficios hasta a 450 microempresas sociales.
Es importante recordar que las acreedoras al crédito no requieren de aval ni de garantía, además de tiene una tasa de interés de 28 días que se fija al momento en el que se les adjudica el crédito. La Sedesol, dice su titular, sólo les pide una garantía solidaria la cual puede proporcionar el propio grupo.
Otro de sus programas es la asistencia social, que tiene que ver con la recuperación de los programas de traspatio y en donde la Sedesol considera la asistencia social como una fase que permite la igualdad de oportunidades para desarrollarse.
Asimismo la Sedesol coordina esfuerzos con la FAO a fin de asumir el compromiso de fortalecer los programas de seguridad alimentaria mediante la asistencia social.
Respecto a los programas de traspatio asociados al trabajo de las mujeres, estos tienen que ver con la cría de aves, los estanques para peces y el cuidado de borregos, entre otros que buscan sustentar el consumo de proteínas. Aquí las familias son subsidiadas con el 60 por cientos del costo total.
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