Luego de un intenso debate, el Senado chileno aprobó el artículo 21 de la nueva Ley de Matrimonio Civil, que reconoce legalmente las ceremonias matrimoniales de la Iglesia Católica.
La proposición, aceptada por 27 votos a favor y 16 en contra, fue considerada por varios senadores como «una compensación» otorgada a la Iglesia a cambio de la aprobación de las normas de divorcio.
El senador Edgardo Boeninger, quien abiertamente dijo no ser partidario del reconocimiento civil al matrimonio religioso, aceptó el 21 como «el mal menor».
«Existe la percepción de que la adopción de esta norma facilitará la aprobación del divorcio unilateral», afirmó Boeninger, y agregó que «ésa es una razón para aprobarla».
En tanto, el senador Enrique Silva Cimma denunció «presiones nunca vistas» por parte de algunos sacerdotes y afirmó que uno de ellos «amenazó» abiertamente a los senadores.
El artículo 21, uno de los más polémicos de esta ley, concitó tal interés que reunió durante el debate en comisión una veintena de indicaciones que iban desde su total eliminación hasta remozamientos varios que la hicieran más restrictiva.
Especial preocupación causaba el hecho de que no sólo la Iglesia católica estaría facultada, en virtud de esta norma, para celebrar matrimonios, sino también más de 200 cultos que cuentan en Chile con personalidad jurídica de derecho público, único requisito exigido por la ley. Ese aspecto había determinado varios votos negativos a la norma.
04/SEM/GMT