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Argentina: la ciudadanía LGBT, en pos del matrimonio civil

Por Alejandra Waigandt

La presidenta de la Federación Argentina Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual (LGBT), María Rachid, y el titular de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), Cesar Cigliutti, trabajan activamente para que sus comunidades puedan llegar al matrimonio civil en Argentina.

Utilizan diferentes estrategias con un objetivo común: la igualdad jurídica que permitiría evitar la discriminación. Artemisa Noticias los reunió para hablar de sus luchas públicas y privadas.

María Rachid y su pareja Claudia Castro quieren ser madres y proteger legalmente al niño o niña –piensan adoptar porque no lograron embarazase a través de inseminación artificial. Ellas tienen su propia estrategia. Asesoradas por abogadas y abogados de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT) fueron al registro civil porteño en febrero del año pasado y solicitaron un turno para contraer nupcias.

Cuando las autoridades se negaron, iniciaron una acción de amparo para declarar inconstitucional la interpretación que se hizo del Código Civil sobre que el matrimonio debe ser entre un varón y una mujer. El caso ya está en manos de la CSJN y la pareja espera una resolución.

María conoció a Claudia en el centro comunitario para mujeres lesbianas y bisexuales Las Fulanas. Claudia se enamoró de María inmediatamente. Cuando Rachid supo que le ocurría lo mismo iniciaron una relación que también logró consolidarse.

– ¿Cómo y por qué eligieron las estrategias con las que intentan llegar la matrimonio civil?

– Cesar Cigliutti: La nuestra fue una estrategia consensuada en la CHA. Queremos vencer el argumento de la Iglesia católica de que el matrimonio es una institución naturalmente constituida por una mujer y un varón. Oponemos el hecho concreto de que somos marido y marido y que en otros países ese vínculo constituye un matrimonio.

César Cigliutti y Marcelo Suntheim se casaron en enero de este año en España. Marcelo tiene la ciudadanía alemana y es miembro de la comunidad europea, beneficios que facilitaron la realización de la boda en el Ayuntamiento de Madrid. Igualmente debieron enfrentar un periplo burocrático.

El objetivo de ambos y del grupo de abogados de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) que los asesora es el reconocimiento de ese matrimonio por parte de la justicia argentina. En los próximos días, cuando terminen de darle solidez a la argumentación, iniciarán la demanda correspondiente. El tema va a llegar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN).

Se conocieron hace más de 10 años en una marcha del orgullo. Primero vivieron juntos, luego pensaron en el matrimonio, pero la legislación los discriminaría por su orientación sexual. Como la CHA presionaba para que se aprobara la ley de unión civil y el parlamento porteño la sancionó en 2002, al año siguiente dieron estatus civil a su vínculo en él ámbito de la CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

– MR: En nuestro caso elegimos la vía judicial porque funcionó en países como Canadá y también fue un éxito en Sudáfrica. Acceder al matrimonio civil es una forma de llegar a la igualdad jurídica a la que aspiramos. Queremos los mismos derechos con los mismos nombres.

– CC: Para nuestra organización la herencia, la pensión y la coadopción son los derechos, en cambio el matrimonio o la unión civil son sólo figuras, no queremos que nuestra lucha se limite a una discusión nominalista y tampoco vamos a aceptar que cualquiera de esas figuras sea exclusiva para nuestra comunidad.

– MR: Son diferentes estrategias, pero todas suman hacia la misma causa.

– ¿Qué hace falta para que haya avances?

– CC: Hay que seducir a los jueces. Falta voluntad política. Creo que la sociedad ha madurado y ahora debe madurar la clase política.

– MR: Hay políticos más sensibles hacia este tema, pero falta que se posicionen y terminen con la presión que ejerce la Iglesia sobre el Estado. Acá hay que debatir la influencia que tiene la religión sobre los gobiernos, que no debería ser tal.

PARIDAD JURÍDICA

Con la Ley de Unión Civil, la Ciudad de Buenos Aires fue el primer distrito de América del Sur en otorgar a las parejas homosexuales parte de los beneficios que tienen las parejas heterosexuales, como la pensión por fallecimiento y la posibilidad de compartir una obra social. Fue redactada por la jueza Graciela Medina a pedido de la CHA y tras dos años de discusión la norma salió a flote.

César Cigliutti y Marcelo Suntheim protagonizaron la primera unión civil, inaugurando el Registro Público de Uniones Civiles. Sin embargo la mayoría de las provincias argentinas siguen discriminando a las personas por su orientación sexual e identidad de género.

Por esa razón la CHA elaboró un nuevo proyecto de ley que federaliza el enlace entre personas del mismo sexo y amplía los beneficios, incluyendo los derechos de herencia y adopción. Por su parte, la Federación Argentina LGBT impulsa una iniciativa para la instauración del matrimonio civil. Este proyecto modifica los artículos 172 y 188 del Código Civil, de modo que los términos que refieren al género sean remplazados por genéricos tales como «contrayentes, cónyuges o personas». Introduce además la aclaración de que «el consentimiento exige iguales requisitos y produce idénticos efectos, sean los contrayentes del mismo o de diferente sexo».

— En el Congreso hay diferentes proyectos sobre matrimonio civil y unión civil; la diputada oficialista Vilma Ibarra es autora de una de las iniciativas y según su opinión no discuten esas normas justamente por la presión que ejerce la cúpula eclesiástica sobre las fuerzas políticas partidarias…

— CC: En Diputados el Frente para la Victoria no sólo tiene la mayoría legislativa, sino que cuenta con el quórum propio. Cuándo tiene que aprobar leyes de su interés, se reúnen, levantan las manitos y salen las normas.

Hay que ejercer presión sobre las cámaras parlamentarias, combatiendo la burocracia. No todas las leyes deben soportar las idas y venidas que afrontan las iniciativas que interesan a nuestra comunidad.

– MR: En el oficialismo hay voluntades políticas encontradas. Por un lado está el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) y su presidenta María José Lubertino, quién se ha colocado al frente de nuestros reclamos, pero por otro lado está Pimpi Colombo, presidiendo el Consejo General de la Mujer, que ha peleado históricamente contra nuestros derechos. Sin embargo la sociedad está a favor de nuestra lucha, lo demuestran numerosas encuestas. Los políticos tienen la obligación de llegar a un acuerdo, enfrentar a la iglesia y favorecer la igualdad jurídica.

– CC: También es una cuestión de principios, no hace falta el consenso. Si existe una población minoritaria que no tiene los mismos derechos que la mayoritaria, la clase política tiene la obligación de igualar a las personas ante la ley.

DISCRIMINACIÓN Y MACHISMO

– ¿Qué pensaron cuándo decidieron casarse con sus respectivas parejas y vivieron en carne propia la imposibilidad de resguardar sus vínculos legalmente?

– MR: Nos afectó y nos afecta porque no podemos acceder a derechos puntuales como la patria potestad compartida en caso de tener bebés, pero principalmente porque nos impiden ejercer los mismos derechos que las personas heterosexuales. Nos afecta que haya personas que se sientan legitimadas para restringirnos ese ejercicio.

– CC: Por ejemplo es difícil comprar cosas. Las parejas heterosexuales no tienen que plantearse a nombre de quién ponen el auto que se compraron. Con Marcelo tenemos que considerar todo el tiempo este tipo de situaciones, hablarlas…

– MR: Esto afecta los vínculos…

– CC: Nuestras parejas pagan otro precio, eso molesta mucho.

– MR: Como dice César, en los vínculos hay relaciones de poder en cuanto a tener o no tener, trabajar o no trabajar. Nosotros estamos obligados a sentarnos, hablar y llegar o no a acuerdos. En cambio en las parejas heterosexuales, aquel que está en situación de menos posibilidades es protegido por la ley.

— ¿La discriminación por orientación sexual perjudica de la misma manera a mujeres y varones?

– CC: En un país machista como es Argentina es más difícil para las mujeres. En el caso de los varones, son más censurados los maricones que los gays viriles. Aunque el machismo nos afecta a todos.

– MR: Creo que la discriminación y la opresión se dan de manera diferente. Las mujeres lesbianas debemos enfrentar la opresión por género, la misma se manifiesta diferente de la opresión que sufren las mujeres heterosexuales. Por ejemplo, las lesbianas enfrentamos situaciones de acoso sexual en lugares bailables cuando se sabe que nuestra orientación sexual es diferente.

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