En una sola semana, durante este inicio del 2006, el estado de Morelos reporta ya el asesinato de tres mujeres cuyos cuerpos fueron localizados, en el curso de cuatro días, en tres lugares abandonados de la entidad. Hasta la fecha se desconoce su identidad.
De acuerdo con un comunicado de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, una mujer fue hallada en la carretera Zapata-Tezoyuca; otra más, en una construcción en obra situada en Ocotepec, y la tercera fue encontrada en la barranca de Amanalco, en Cuernavaca. Según el boletín, lo cuerpos presentaban «las huellas de la brutalidad ejercida contra ellas».
Según la Comisión, en 2005 fueron reportados 30 asesinatos de mujeres; la edad de las víctimas oscilaba entre los 16 y los 35 años. Asimismo, se teme que este 2006 -dado su violento inicio- la escalada feminicida rebase las cifras de crímenes de género en el estado generadas el año pasado.
Textualmente, el documento enviado por e esta organización asienta: «El Estado mexicano ha recibido varias recomendaciones de organismos nacionales e internacionales defensores de los derechos humanos para que erradique el feminicidio, sin que hasta el momento haya actuado eficazmente».
Y continúa: «El gobierno de México ha eludido su responsabilidad en el cumplimiento de convenios internacionales para la defensa, promoción y protección de los derechos humanos, como la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación hacia las Mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés). Ante esta situación, se requiere una respuesta contundente por parte de la población para que se tome conciencia de la gravedad de la situación y no guardemos silencio ante estos crímenes».
Lo cierto es que ha comenzado nuevamente, en Morelos, la cuenta de mujeres asesinadas. Una cuenta que no debería existir.
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