Cuarenta centavos de cada peso que una familia gasta en cualquier rincón de la república para salud se ocupa en atención al embarazo y parto, como revela el estudio Cuentas nacionales de salud reproductiva y equidad y género del Centro Nacional de Equidad y Salud Reproductiva.
«La salud materna y perinatal representa 60 por ciento de la demanda de atención de todas las unidades de este país. La demanda va a seguir», reconoce Patricia Uribe, directora de este Centro dependiente de la Secretaría de Salud.
Casi 59 por ciento de este gasto es público (principalmente el de la seguridad social) y el resto, mayoritariamente del bolsillo familiar (91 por ciento del gasto privado), reveló el primer estudio que se realiza en México sobre el tema y que se publicó este 2006.
Allí queda manifiesto también que en México se destina seis por ciento de su gasto total en salud a la salud reproductiva, es decir 23 mil 489 millones 070 mil pesos.
De lo anterior se desprende que el gasto en embarazo y parto, pese a las intenciones y compromisos gubernamentales es todavía una carga financiera importante para las familias mexicanas, principalmente las más pobres.
Lo anterior, pese a que la tasa de fertilidad de la población mexicana bajó en los últimos 30 años de seis hijos por mujer a una tasa de 2.3 hijos por mujer.
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