Organizaciones civiles a favor de la diversidad familiar y derechos reproductivos alertaron que la soberanía nacional está en riesgo cuando líderes religiosos extranjeros participantes del Tercer Congreso Mundial de Familias pretenden imponer una agenda en las políticas públicas de población en México.
En un comunicado consideraron igualmente grave que Ana Teresa Arana, directora del Sistema Nacional para el Desarrollo de la Familia (DIF) nacional, violente el Artículo 1 Constitucional al afirmar que las uniones de homosexuales no merecen el título de familias.
Criticaron que sin el menor rigor lógico ni científico, los asistentes a este Congreso que hoy culmina en el Centro Banamex de esta ciudad, entremezclaran argumentos teológicos, sociológicos, económicos, médicos y políticos, combinando dogmas de fe con estadísticas del Banco Mundial, para luego recurrir a textos bíblicos que fundamentan los rasgos de las «familias sanas». También distorsionaron la información que demuestra la efectividad del condón en mujeres.
José Aguilar, representante de la Red Democracia y Sexualidad (Demysex) dijo a la prensa que declaraciones como las de Gary Becker, Premio Nobel de Economía 1992, atentan contra el artículo tercero Constitucional al proponer privatizar la educación pública y formar a la infancia con valores religiosos.
Las familias reales que no se inscriben en el modelo aquí planteado, agregaron, no pueden ser consideradas incompletas, disfuncionales o defectuosas.
A las críticas de estos grupos, Ana Teresa Aranda respondió en conferencia de prensa calificándolos de «intolerantes», y «radicales», para luego decir que: «no me interesaría entrar en un debate con ellos.»
Previamente, en la plenaria Compromiso con la familia, compromiso con México, el secretario del Trabajo, Carlos Abascal Carranza, y legisladores panistas apoyaron a la directora del DIF, para que impulse «políticas públicas con perspectiva de familia», como opción a las carencias del Estado.
A los trabajos del último día del Tercer Congreso Mundial de Familias, organizado por redes nacionales e internacionales que promueven el matrimonio y la familia tradicional, llegó Carlos Abascal sólo para reiterar su posición en cuanto a la necesidad de revalorar el papel de la mujer como madre y esposa.
El responsable de las políticas públicas laborales en México, sin ofrecer datos de los problemas laborales y mucho menos medidas concretas que los resuelvan, se limitó a proponer la necesidad de conciliar el trabajo con la vida familiar.
Sin embargo, Abascal desvaloró el trabajo doméstico remunerado al considerar que el primor con el que una madre prepara una cena o tiende una cama «no tiene respuesta en el mercado.»
Mientras que el gobernador tabasqueño Manuel Andrade aseguró: «lo único que mantiene la unidad familiar es la mujer» tras pronunciarse a favor de padres y madres que refuercen la disciplina.
Sobreviviente a la violencia familiar –que reveló al contar cómo su padre lo esperaba con un cinturón cuando llegaba tarde para golpearlo– aseguró que «me echaron cuero y nunca me traumé» como ahora, puntualizó, les ocurre a los niños que golpean.
Llama la atención que en el último momento declinaran su participación –anunciada en el programa– el jefe de gobierno del Distrito Federal Andrés Manuel López Obrador y el empresario Carlos Slim, entre otras personalidades.
2004/MR/BJ/SM
