La ansiedad de poder, el temor de amar, desear y sentir placer con personas del mismo sexo, nos remite a una construcción personal masculina que dista mucho de lo que establecen los modelos construidos socialmente, aseguró hoy Guillermo Núñez, investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo de Hermosillo, Sonora.
En la conferencia Los Hombres Frente al Machismo, organizada por el Programa Universitario de Estudios de Género y la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso que las subjetividades se construyen de acuerdo al ideal social de masculinidad.
Núñez dijo que tanto la identidad de género masculina, como la femenina, tienen un carácter preformativo, necesitan actualizarse en la vida diaria y todos los días para poder existir; sobre todo en las situaciones que ponen en riesgo su supuesta coherencia.
Señaló que la homofobia es una actualización de la identidad masculina considerada normal, pues la homosexualidad se asume como amenaza por temor a la pérdida de poder social que trae consigo tomar otra posición en el campo sexual, que socialmente se identifica con lo femenino, la carencia, la «castración».
El antropólogo, dijo que la práctica cotidiana de crear diferencias: «ellos», los «homosexuales», «jotos», «bisexuales», «putos», «puñales», «leandros», «maricas», «marimachas», «machorras», «lesbianas», «tortilleras», y «nosotros» los «heterosexuales», hombres y mujeres «normales» es homofóbica y se inserta en esta ansiedad para actualizar las fronteras de la subjetividad confiriéndole la ilusión de unidad, según un ideal social de masculinidad.
Así, dijo, las formas más visibles de violencia y más corporales no escapan a esta lógica, golpear al otro previamente construido en la sociedad como vulnerable e indeseable, es la resultante de una proyección de la amenaza interna, en el otro: el «extranjero», el «raro».
Con ello, pretende suprimirlo, antes de ceder y visualizarse vulnerable, incoherente, dependiente, demandante. «El otro con un cuerpo parecido al mío, me plantea la posibilidad no sólo de un cuerpo corporal, sino deseante», concluyó.
RGL/MEL
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