La violencia sexual en Ciudad Juárez se ha incrementado en un 80 por ciento durante los últimos diez años al pasar de 152 casos, en 1994, a 275, en 2003.
De acuerdo a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chihuahua (PGJECH), tan sólo en lo que va del año se han reportado 19 casos de violaciones perpetradas por menores de edad, de los 61 que se contabilizan.
Ciudad Juárez, localidad fronteriza con Estados Unidos, es el municipio más importante del estado de Chihuahua, su importancia es tal, que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), decidió eliminarla de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano.
Haberlo hecho, indica un estudio de la organización Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL, 2003), «provocaría que el índice general de desempleo aumentara».
Juárez concentra aproximadamente el 40 por ciento de la población del estado, de acuerdo a información oficial, y el 60 por ciento de sus habitantes proviene de otras entidades de la República Mexicana. La Comisión Nacional de Derechos Humanos calcula en alrededor de 800 mil a la población migrante.
Y también concentra el nivel más alto de asesinatos de mujeres en el país, tanto, que las organizaciones defensoras de derechos humanos nacionales e internacionales no se ponen de acuerdo en el número de víctimas.
El gobierno reconoce 328 homicidios; Amnistía Internacional reporta 370 y 70 desaparecidas; la ONU 189 asesinadas y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 263 asesinatos y cuatro mil 587 reportes de mujeres desaparecidas.
VIOLENCIA SEXUAL
El caso más reciente de violencia sexual fue el llevado a cabo por un infante de ocho años, de acuerdo a información del subprocurador Oscar Valadez Reyes.
Mientras que la dirigente de la organización Casa Amiga, Esther Chávez Cano, indica que el índice de violencia por parte de parientes varones en contra de mujeres de la misma familia (incesto), ha aumentado alarmantemente. Sobre todo en mujeres cuyo rango de edad está entre los 15 y 24 años.
«La violación es un acto de poder, no es una respuesta hormonal instintiva. Esas ideas tratan de difundir los hombres para justificar los abusos en contra de nosotras las mujeres», indica Chávez Cano.
Mientras que para Salvador Zambrano, criminólogo del Centro de Readaptación Social, (Cereso), «los enervantes como el alcohol y las drogas desinhiben al atacante sexual; y en una ciudad como Juárez, donde abundan las drogas, el problema se agrava».
El criminólogo apunta que en investigaciones realizadas en Estados Unidos se ha llegado a establecer que el violador al no poder satisfacer su deseo mediante el coito, se ve en la necesidad de matar a su víctima.
Una de las posibles causas de asesinato de una mujer después de la violación, «son la impotencia y la eyaculación precoz por parte del agresor».
También existe el miedo a ser jurídicamente procesados por violación, por lo que el atacante además de cometer la violación termina matando a su víctima una vez terminado el acto.
El atacante siente poder al violar a su víctima, pero mucho más poder al privarla de la vida, señala el criminólogo Zambrano.
«Creo que alguna o algunas personas con un perfil psicológico similar a los mencionados podría ser el responsable de unos cuantos de los asesinatos de mujeres en la ciudad», dice el criminólogo.
2004/BJ/ GV
