Desde su creación, la Clínica para Niños con Inmunodeficiencia instalada en el Hospital General de México ofrece atención multidisciplinaria e integral a menores con VIH/Sida de toda la República Mexicana que no cuentan con seguridad social, servicio que ha contribuido a incrementar su esperanza y calidad de vida.
Al respecto, Noris Pavia Ruz, coordinadora de este espacio, señaló que los principales logros desde su apertura en febrero de 1998 han sido que, al tener a disposición los medicamentos antirretrovirales requeridos por los infantes -en forma gratuita- se da un manejo generalizado con menos hospitalizaciones y se procura una mejor y más larga existencia.
Recordó que la esperanza de vida de un paciente infectado por VIH de transmisión perinatal se estima hasta la edad correspondiente a un adulto joven, aunque aclaró que la experiencia con fármacos y tratamientos combinados comenzó hace sólo siete años.
En la actualidad, la clínica atiende a 85 menores con este mal, en su mayoría infectados por sus madres. Entre los servicios que se ofrecen está la atención médica pediátrica continua y, en su caso, la de áreas como infectología, psicología, cardiología, gastroenterología, neumología y nutrición, lo que depende de las necesidades individuales de los pacientes.
Otros aspectos son la administración de antirretrovirales -otorgados por Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida (Censida) con recursos federales, en forma gratuita- y los análisis de laboratorio.
De acuerdo con Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida), los casos reportados acumulados desde 1983 hasta finales de 2004 son 2 mil 319 niñas y niños infectados por VIH, aunque es probable que otros casos se desconozcan si al momento de su fallecimiento no logró integrarse el diagnóstico.
SITUACION ECONOMICA
La académica de la Facultad de Medicina de la UNAM resaltó que al llegar a la clínica se analiza la situación familiar de las niñas y los niños para saber qué persona se hará cargo de su atención en caso de que la progenitora esté infectada.
Ello, porque se trata de una enfermedad que afecta a la familia, ya que cuando un infante porta este mal, significa que por lo menos existen dos personas con ese padecimiento en el hogar.
Se trata de menores cuyas madres desconocían su situación de seropositivas, por lo que durante el embarazo no tuvieron oportunidad de recibir tratamiento, lo que también afectó al bebé. La mayor parte son amas de casa y jóvenes.
Generalmente, los pacientes llegan entre los dos o tres años de edad, pero también hay casos en que a los ocho o nueve años aún no sabían que estaban enfermos, agregó.
INICIATIVA UNAM-SS
La coordinadora de la clínica inaugurada en forma oficial a iniciativa de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Secretaría de Salud, precisó que ésta ya ha comenzado a transferir a los primeros jóvenes a hospitales de atención médica de adultos para continuar con su tratamiento.
La clínica inició una línea de investigación sobre depresión en las y los niños, así como en las y los adolescentes con VIH, con la que se tratará de determinar cuál es su frecuencia para poder establecer lineamientos para el manejo.
Con ello «ha cambiado la cara de esta enfermedad, pues hay algo que ofrecer si se le considera crónica, como ocurriría con la diabetes».
Así, en el mundo ha habido avances en la prevención de la transmisión perinatal del VIH mediante los cuales la mujer embarazada recibe el tratamiento necesario y un manejo integral, lo que disminuye la infección hacia su hijo en forma dramática, refirió.
Cada vez más, añadió, existe un mayor conocimiento e información entre la población en general, aunque continúa el estigma no sólo hacia las y los adultos, sino también contra las niñas y los niños que padecen la enfermedad.
El virus del VIH disminuye las defensas de los pacientes y los deja expuestos a todo tipo de infecciones. El tratamiento antirretroviral aumenta sus defensas y baja la carga viral.
05/GV/YT
