El pasado mes de septiembre la policía nigeriana rescataba a 115 niños de Benín, obligados a trabajar en las canteras de la región de Abeokuta en Nigeria. La Fundación Tierra de Hombres acogió a este grupo de niños, en su mayoría menores de 14 años, reporta hoy el servicio informativo Canal Solidario.
Este es un pequeño ejemplo de los continuos abusos que se producen contra la infancia, y no sólo en los países más pobres. A finales de 2000, el periódico The Guardian recogía las declaraciones de un traficante de menores para ejercer la prostitución en Londres: «Por supuesto que comercio con niñas menores de edad (…). He estado enviando entre 500 y 700 libras a sus familias cada semana. Se trata de un intercambio: me ayudan y yo les ayudo a ellas».
Para explicar el auge de este tipo de tráfico de personas, la Fundación Tierra de Hombres muestra su rentabilidad económica: «Un coche robado sólo se puede vender una vez, mientras que un niño obligado a mendigar o a prostituirse es una mercancía que se puede volver a utilizar a voluntad, sin que sea necesario aumentar la inversión».
Sólo a través de estos análisis tan fríos como reales se explica que este negocio cada vez sea más frecuente en Europa y el resto de los países más desarrollados, cuando hace 20 años era considerado como un fenómeno propio del Tercer Mundo.
El carácter internacional de muchas de estas redes de tráfico de menores se enfrenta, en muchos casos, a un sistema judicial que no ha participado en el fenómeno de la globalización. Así, a pesar de que la mayoría de los países europeos ya han modificado sus leyes para su persecución, las redes internacionales juegan con los defectos de la justicia internacional, esencialmente la falta de coordinación y de rapidez.
En cuanto a los diferentes tipos de tráfico de menores, la fundación Tierra de Hombres resalta la agravación de la explotación sexual en todos los países en los que ha caído el antiguo régimen comunista, como Rumania, Albania o Camboya.
La explotación laboral de los menores, relacionado con los países más pobres, también se está desarrollando entre lo que este informe denomina ‘infancia clandestina’ en los países ricos, directamente relacionado con la llegada de inmigrantes de forma irregular.
La explotación por mendicidad es un fenómeno que se produce por igual en países ricos y pobres. Algunos de estos países han optado por luchar contra este tipo de explotación convirtiéndolo en un crimen. Según el informe, esto ha convertido a los menores en víctimas por partida doble: «frente a los traficantes y de cara a la justicia».
Un fenómeno más reciente en los que se han detectado casos de tráfico ilegal de menores es en la adopción internacional. Tierra de Hombres alerta de la habilidad de los traficantes para utilizar el sistema jurídico de un país proporcionando todas las apariencias legales, sociales y humanitarias para su comercio.
Muchos de los escándalos relacionados con la adopción internacional se produjeron en Rumania, lo que llevó a la paralización de las adopciones durante un tiempo y que obligó a la total restructuración del sistema legal rumano.
Seminario sobre criminalidad organizada contra la infancia Para dar a conocer la situación actual de este problema, la fundación Tierra de Hombres organiza un seminario en Logroño los próximos 27 y 28 de noviembre de 2003.
En este seminario participarán representantes de ONG que trabajan en el campo de la infancia, representantes de la administración pública, de la justicia, delegados de otros países y especialistas en la investigación de este tipo de delitos.
El seminario está dirigido a juristas, educadores, trabajadores sociales, instituciones relacionadas con la infancia y personal de ONG, aunque el objetivo es sensibilizar a la sociedad en general.
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