La proporción de niña y niños viviendo en pobreza ha aumentado desde principios de la década de los noventa en 17 de 24 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), incluido México, de acuerdo a un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) sobre pobreza infantil en países ricos.
Aunque se asume que la pobreza infantil en los países ricos ha ido progresivamente a la baja, el informe detecta que en sólo cuatro países – Australia, Noruega, el Reino Unido y Estados Unidos – ha habido una reducción significativa desde principios de 1990. Entre estos países, Noruega es el único país donde la tasa de pobreza es «muy baja y continúa decreciendo».
Cabe resaltar que, en prácticamente, todos los casos, son las niñas quienes viven una situación de mayor vulnerabilidad y pobreza en virtud de la discriminación de género que persiste incluso en las naciones con mayor nivel de desarrollo.
De acuerdo con el reporte de la OCDE, dado a conocer por el Centro de Investigaciones Innocenti de la UNICEF, Dinamarca y Finlandia son los países que tienen las tasas más bajas de pobreza infantil, por debajo del 3 por ciento.
Estados Unidos y México registran las tasas de pobreza infantil más elevadas, por encima del 20 por ciento. Estados Unidos, con 21.9 por ciento, y México, con 27.7 por ciento. Estas cifras se refieren a pobreza relativa, definida como el ingreso por hogar 50 por ciento de la media nacional de ingreso.
De acuerdo a esta metodología de medición, en México, durante la última década, la pobreza infantil aumentó en 3 por ciento, mientras que en el Reino Unido y en Estados Unidos disminuyó en 3.1 y 2.4 por ciento, respectivamente. Esta tasa aumentó en Bélgica en 3.9 por ciento. Polonia presentó el mayor crecimiento de pobreza infantil, con 4.3 por ciento.
Yoriko Yasukawa, representante de UNICEF en México expresó que la tasa de pobreza de México se calculó con datos de 1998, lo cual significa que no se tomaron en cuenta importantes esfuerzos recientes de combate a la pobreza, como Progresa y Oportunidades, que han buscado incidir directamente en el acceso a los servicios sociales de las familias en extrema pobreza.
Yasukawa señaló que otro factor que no fue tomado en cuenta en el estudio fue el impacto de los servicios sociales gratuitos brindados por el gobierno, como la educación básica y la salud pública. En estas áreas, México ha logrado avances significativos en la ampliación de cobertura durante las últimas décadas. «Si tomamos educación, por ejemplo, la asistencia escolar de niños entre 6 y 14 años ha aumentado de 38 por ciento a más del 90 por ciento en los últimos 50 años».
El informe ofrece una lección importante para los países del mundo: las políticas públicas, tanto económicas como sociales, sí tienen impacto en la pobreza infantil. El documento afirma que es importante que las naciones reconozcan este hecho y se esfuercen para orientar a la reducción de la pobreza, particularmente la que padecen mujeres y niñas, que es aún más grave. .
El reporte sugiere que muchos de los países de la OCDE tienen el potencial para reducir la pobreza infantil debajo del 10% sin que esto signifique un incremento considerable en su presupuesto de gasto social, y afirma que entre más alto es el gasto social, más bajas son las tasas de pobreza infantil. En promedio, el estudio registra que las intervenciones gubernamentales reducen el nivel de pobreza en 40 por ciento.
Asimismo, el texto concluye que entre 40 y 50 millones de niñas y niños están creciendo en condiciones de pobreza en algunos de los países más ricos del mundo.
05/YT
