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Aumentan las adicciones en mujeres, Sonora

Por Sonia Daniela/corresponsal

«Las mujeres con adicciones que buscan su recuperación son muy valiosas, ya que aceptan que tienen un problema, cayeron en lo mas hondo de la degradación humana y lograron pedir ayuda; sólo buscan una oportunidad para integrarse a la sociedad y seguir adelante», explica Alejandro Castañeda, Director de La Posada del Buen Samaritano, centro de rehabilitación para mujeres.

Para este especialista en psicología, en el caso de las mujeres la rehabilitación es mas difícil, tienen que aceptar primero el problema como enfermedad, además vencer la culpa y la vergüenza. «Los hombres somos más cínicos», añade.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que cada mujer con problemas de adicción «contamina» a 40 personas a su alrededor, ya que sin ser un «cliché» ella continúa siendo el pilar de la sociedad. El varón adicto contamina pero en menor nivel.

En el marco de la organización del SALVATON 2007, que se llevará a cabo aquí los días 23 y 24 de febrero y que por tercera ocasión busca reunir los fondos necesarios para la subsistencia de este centro, Castañeda fue entrevistado en La Posada del Buen Samaritano, institución de asistencia privada dedicada a la prevención de adicciones, a la rehabilitación y la reintegración de adolescentes y mujeres de escasos recursos que sufren de la enfermedad de alcoholismo y drogadicción, desde 1993.

Cuentan con tres edificios propios para impartir estos programas fruto de la iniciativa de tres mujeres altruistas: Margarita Ibarra de Torres, Martha Lohr de Astiazaran y Yolanda Hoffer de Escalante, quienes decidieron realizar este proyecto.

Alejandro Castañeda manifestó que debido a la grave problemática que se vive en Sonora, con un considerable aumento de adicciones en mujeres –en 1999 representaban el 8 por ciento de la población adicta y en 2004 ascendió al 50 por ciento, según la Secretaría de Salud estatal hay más de 50 mil en Sonora–, «necesitamos crecer y generar recursos económicos para el sostenimiento de estos programas de atención social, que cuestan a la Institución más de 275 mil pesos mensuales».

Agregó que con esta cantidad al mes se sostiene el Centro de Rehabilitación La Posada del Buen Samaritano, ubicado en la colonia San Luis, donde se ha rehabilitado a más de 470 mujeres.

También el programa de prevención Centro San Bernardo ubicado en la colonia Solidaridad etapa IV, en donde mediante acciones de factores protectores previenen delincuencia y adicciones, y La Casa de Medio Camino en la colonia Centro, en la que se continúan los programas de rehabilitación integrando mujeres a su familia y a la sociedad de manera productiva.

«Aunque tenemos cuotas de recuperación, la gente que acude a nosotros difícilmente va a poder cubrir los gastos necesarios, ya que mínimamente necesitan 8 mil pesos mensuales para completar el tratamiento». En 5 años solo dos mujeres huéspedes han tenido los medios para pagarlo, informó Castañeda. El perfil de huéspedes de este centro es 85 por ciento mujeres de bajo nivel socioeconómico.

CÓMO LLEGAN

Alejandro Castañeda explica que la forma en que las huéspedes de la Posada llegan lleva un proceso.

«Primero hay un problema de abandono familiar, maltrato, violencia familiar y eso lleva a una denuncia a la procuraduría de la defensa del menor o hay algún delito, generalmente hay niñas y niños involucrados. El DIF retiene esos niños, los envía a una Casa Hogar, las madres para poder recuperarlos tiene que rehabilitarse y esa institución nos las envía a nosotros».

Los casos que terminan el programa de rehabilitación atendidos llevan seguimiento.

«Se les da una opción llamada La Casa del medio camino, hay un bazar donde pueden trabajar y las mujeres pueden vivir hasta 6 meses acompañadas de sus hijas e hijos menores de 12 años. Se inicia con la búsqueda de empleo y de casa –como condición para que les devuelvan a sus hijas e hijos es que tengan trabajo y casa– y se hacen gestiones para que a través del municipio se les otorguen pies de casa».

Las mujeres recuperadas se enfrentan al gran obstáculo de encontrar empleo, ya que la sociedad no es receptiva de una mujer rehabilitada por adicciones, el prejuicio es muy grande, explica, lo mismo sucede con la recaudación de fondos: «Es más fácil pedir apoyos para menores, huérfanos, ancianos, por tragedias, pero en el caso de la adicción entra el prejuicio, mas aún cuando se trata de mujeres con este problema».

Desde su inicio La Posada del Buen Samaritano ha atendido a mujeres adictas de todas las edades. La media fluctúa entre 18 y 30 años, madres solteras y madres de familia, la mayoría llega de Hermosillo, otras regiones del estado y de otros estados, incluso ha habido dos mujeres migrantes de Tucson.

La capacidad del centro es para 24 mujeres y actualmente hay 18 huéspedes. Los meses con mas solicitudes de ingreso son abril y mayo. El programa de rehabilitación es de 4 meses con el modelo Minesotta, y el personal se capacita en Oceánica y la Secretaria de Salud.

El SALVATON 2007 del próximo febrero se organiza con la esperanza de reunir los fondos necesarios para poder seguir ayudando a mujeres adictas a salir del infierno que viven y poder reintegrarse a la sociedad con una calidad de vida mejor para ellas y sus familias. Para mayor información visite la página www.salvaton.org y apoye esta causa.

07/SD/CV

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