Las empresas estatales en China, incapaces de satisfacer las demandas de la creciente economía de mercado, se declaran en quiebra o realizan despidos masivos de trabajadores. En seis de cada 10 casos se trata de mujeres.
Tianjin, a 137 kilómetros al sur de Pekín, es la tercera ciudad industrial de China y como en otras ciudades del país asiático «son despedidas más trabajadoras que trabajadores», dijo el representante para China del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Kerstin Leitner.
Un artículo de la revista Opciones del propio PNUD destaca que después de asumir el poder en 1978, Deng Xiaoping inició un conjunto de reformas tendientes a abrir eficazmente a China hacia los negocios, con lo que el crecimiento anual de este país llegó hasta nueve por ciento anual, tres veces más que Estados Unidos en el mismo período.
En los últimos 20 años, China disminuyó sus tasas de pobreza y elevó sus tasas de educación y salud. En 1978, 80 por ciento de la población percibía menos de un dólar y dos terceras partes de la población adulta era analfabeta.
Sin embargo, el nuevo modelo económico elevó la pobreza en áreas urbanas. Y una solución implementada por el gobierno chino, el PNUD y la cooperación internacional australiana es la Incubadora de Mujeres Empresarias de Tianjin.
El objetivo de la Incubadora es ayudar a las mujeres a insertarse en la economía de mercado en China.
Al proporcionar instalaciones de bajo alquiler, asesoría y servicios de promoción durante tres años, el programa busca ser un trampolín para pequeñas empresas dirigidas por chinas, con ideas vagas de lo que es la iniciativa privada, señaló el número más reciente de la revista Opciones.
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