En un país donde las casillas de voto separan a mujeres y hombres, la médica Michelle Bachelet, de 54 años, ingresó ayer en los anales de la historia de Chile al convertirse en la primera mujer en ser electa presidenta en esta nación, con el 53.49 por ciento de los votos, y la cuarta en la historia de América Latina.
Con una holgada diferencia de casi siete puntos sobre el candidato de la Alianza por Chile, el millonario empresario Sebastián Piñera (46.5 por ciento), Bachelet, quien será la cuarta presidenta de la Concertación por la Democracia -que lleva ya 16 años en el poder- después de la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), se comprometió a ser una presidenta «de todos».
«Diré lo que pienso y haré lo que digo», expuso en un primer discurso tras su victoria en los comicios, ante una multitud calculada en 550 mil personas.
En la colmada Alameda frente al hotel San Francisco, donde se montó el cuartel general de la Alianza, y luego de recibir la felicitación telefónica del presidente Ricardo Lagos, con quien se reunió más tarde, recordó a su padre, el general Alberto Bachelet Martínez, asesinado durante la dictadura, «a quien quisiera abrazar hoy, porque de él heredé el amor por Chile y su don de mando», como para despejar las dudas que despierta el hecho de que una mujer asuma la Presidencia.
«Quién lo hubiera pensado, 20, diez, cinco años atrás, que Chile elegiría a una presidenta. Gracias por invitarme a liderar esta travesía», afirmó, con voz entrecortada, la mandataria electa, quien celebró su triunfo con música mexicana interpretada por un mariachi.
TIEMPO DE LAS MUJERES
«Ahora es el tiempo de las mujeres, no de la Alianza (derecha)», bromeó la ex canciller y actual senadora Soledad Alvear, quien junto con cientos de ciudadanos, en su mayoría mujeres, salieron a las calles de todo el país a celebrar el triunfo de Bachelet en las urnas.
«Le rompimos la cabeza al machismo», gritaba Sandra, de 25 años y empleada, cubierta por una bandera violeta en la que estaba escrito el apellido más nombrado en toda la jornada, y seguramente en los próximos cuatro años: Bachelet.
El partido que encabeza la candidata socialdemócrata contará por vez primera con la mayoría de las dos Cámaras, por lo que se podrán adelantar proyectos bloqueados hasta ahora.
EL TRIUNFO
A las 18:35 horas (tiempo local) de Chile, cuando el subsecretario del Interior, Jorge Correa Sutil, dio a conocer el resultado con 67.5 por ciento de los sufragios, la Alameda comenzó a poblarse de simpatizantes de la Concertación, mientras cientos de conductores hacían sonar sus bocinas creando, además de un ruido ensordecedor, grandes embotellamientos en distintos puntos de la capital.
«Porque fui víctima del odio he consagrado mi vida a revertir ese odio y convertirlo en amor. Vamos a escribir esta nueva página en la primavera chilena. Seré la presidenta de todos los chilenos», dijo Bachelet sobre un monumental escenario cubierto por una bandera de Chile, en medio de una verdadera fiesta popular que se desató al conocerse su triunfo.
El candidato de la alianza, Piñera, admitió el resultado una vez que los cómputos oficiales ya eran irreversibles. Felicitó «a Michelle por su triunfo, no sólo porque será la primera presidenta de Chile, sino también como un homenaje a esos millones de mujeres que con esfuerzo y tenacidad han logrado el lugar que les corresponde en nuestra sociedad».
En el lujoso hotel de Las Condes, el multimillonario empresario agradeció el apoyo de la Unión Democrática Independiente (UDI) y de su candidato, Joaquín Lavín, con vistas a mantener a la derecha unida, y dijo no sentirse «derrotado».
«En democracia hay que saber escuchar y respetar la voz de la mayoría, y hoy la sociedad dijo otra cosa», resaltó Piñera en un clima de resignación.
El presidente Ricardo Lagos destacó la responsabilidad cívica de los chilenos y elogió el triunfo de Bachelet, al tiempo que rescató el papel de la oposición. «El triunfo de Michelle Bachelet se funda en sus méritos, en su inteligencia, en su profundo amor a Chile, y en lo que fue su vida personal de testimonio, de entrega al país, aun en los momentos más duros, que templó su carácter sin dejar rastro alguno de venganza», dijo el mandatario.
CAMBIO DE PODERES
El próximo 11 de marzo, Lagos entregará el poder a Bachelet. «Somos hoy un nuevo Chile. Tener una presidenta mujer así lo indica: somos un país más libre, más diverso, más justo, próspero y moderno», acotó.
Bachelet recibió las felicitaciones del presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y del mandatario de Ecuador, Alfredo Palacio.
El presidente venezolano Hugo Chávez, dijo que espera que Chile continúe por el camino de la democracia. «Huele a perfume de mujer», dijo incluso antes de que se dieran a conocer los resultados oficiales.
SU HISTORIA
La médica Bachelet, de 54 años, madre soltera de tres hijos y antigua ministra de Salud y Defensa, es hija de un militar que murió torturado en la dictadura de Augusto Pinochet.
La primera mujer en llegar al palacio de La Moneda es la cuarta en ganar unas elecciones en toda América Latina. En 1974, la vicepresidenta Isabel Martínez de Perón se convirtió en Presidenta a la muerte de su esposo, el general y político argentino Juan Domingo Perón. Fue derrocada en un golpe militar en 1976, lo que dio paso a una dictadura.
En 1990, Violeta Chamorro, viuda del asesinado periodista y empresario de la prensa Joaquín Chamorro, fue electa presidenta de Nicaragua; gobernó hasta enero de 1997. Dos años más tarde, Mireya Moscoso, viuda del que fuera tres veces presidente de Panamá, Arnulfo Arias, fue electa en Panamá y cumplió un mandato de cuatro años.
En la primera vuelta, entre cuatro candidatos, Bachelet obtuvo el 45.96 por ciento de los votos, 20 puntos más que Piñera. El candidato de la Unión Demócrata Independiente consiguió el 23.23 por ciento de los sufragios.
Piñera, de 56 años y uno de los hombres más ricos de Chile, es dueño de Lan Chile, la aerolínea más grande de este país y la mejor evaluada de Latinoamérica; también, de un canal de televisión y de una decena de empresas más.
El sistema de elección a dos vueltas fue instaurado por la Constitución de 1980, promulgada por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Fue diseñado para evitar que llegara al gobierno alguien como el socialista Salvador Allende en 1970. Con el 36 por ciento de los votos y una ratificación en el Congreso, la segunda vuelta se ha transformado en una batalla entre el centro-izquierda y la derecha.
06/GV/YT
