El asesinato de 136 mujeres en los últimos seis años y el aumento en un 400 por ciento de denuncias por violencia familiar en los últimos cuatro, orilló al gobierno del estado de Nuevo León a poner en marcha el Centro de Justicia Familiar, un modelo novedoso que brinda atención en una sede.
El centro, pionero en el país e inaugurada durante el fin de semana por el presidente mexicano Vicente Fox, aglutina los servicios contra la violencia familiar de siete instituciones de gobierno así como de instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil.
En ese centro, trabajarán coordinadamente la Procuraduría General de Justicia, del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), el Instituto Estatal de las Mujeres, el Consejo de Desarrollo Social, y las secretarías de Salud, Seguridad Pública y Educación.
De enero del 2000 a lo que va de diciembre de 2005 han muerto 136 mujeres y niñas a causa de la violencia de género por lo que ya era urgente un espacio en el cual se brindara atención integral a las víctimas, y que se eliminara el peregrinar en la búsqueda de atención a su problemática.
En Nuevo León está documentado que en varios casos, las mujeres asesinadas habían denunciado previamente a su pareja, sin que se hubieran tomado las acciones correspondientes.
En esa entidad altamente industrializada, cinco de cada diez mujeres sufren algún tipo de violencia.
Pese a ser un fenómeno histórico fue hasta enero del 2000 cuando se legisló para que la violencia familiar se reconociera como delito. En el año 2004 se hacen nuevas reformas al Código Penal, estableciéndose que así como en el caso de niñas y niños, la violencia hacia las mujeres también se persigue de oficio.
De acuerdo con el Procurador de Justicia en Nuevo León, Luis Carlos Treviño Berchelmann, la difusión y las modificaciones legales, han generado un notable incremento en las denuncias, de modo que en el año 2002 se tenía un registro de dos mil 214 denuncias y para este año, hasta el mes de noviembre, la cifra llega casi a las 11 mil.
El Centro de Justicia Familiar pretende humanizar el servicio hacia las víctimas, incluidas aquellas que acuden por delitos sexuales, y, aunque están en la etapa de integración y arranque, las instalaciones contarán con espacios privados para las víctimas, independientes de los agresores, así como con áreas de descanso y estancia infantil provisionales.
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