Brasileñas embarazadas, en “serios problemas” por virus del zika

En 2015, Brasil fue sorprendido por un brote de microcefalia. Inmediatamente hubo una confirmación seria. El incremento del número de casos estaría relacionado con el virus del zika, enfermedad transmitida también por el mosquito Aedes aegypti.
 
Según el último boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud del estado de Ceará, hay 271 casos de microcefalia que están siendo investigados desde octubre del año pasado. Hasta ahora se han registrado 21 muertes sospechosas en relación con la enfermedad.
 
La microcefalia es una condición en la que la cabeza y el cerebro de las y los niños son menores que lo normal para su edad, lo que puede provocar graves lesiones cerebrales. La situación reencendió la discusión sobre la red de atención a las embarazadas con productos con necesidades especiales.
 
En esta coyuntura, muchas mujeres pueden estar enfrentándose a serios problemas para cuidar su gestación.
 
En el municipio de Eusebio (a 25 kilómetros de Fortaleza), una casa tiene las puertas abiertas, habitaciones listas y con un equipo multidisciplinario preparado para recibir a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad.
 
El Centro Humanitario de Amparo a la Maternidad (Chama) dispone de un albergue con capacidad para acoger a 10 mujeres. Según la coordinadora del lugar, Verónica Rozendo Tavares, se prevé que al final de la reforma el Chama pueda recibir hasta 22 gestantes.
 
El albergue, además de acoger a mujeres que fueron afectadas por el virus del zika, o con el diagnóstico de microcefalia en el producto, también atiende a otros públicos excluidos, como personas adictas a algunas drogas y/o en situación de calle. El objetivo es que las embarazadas puedan tener un acompañamiento seguro durante todo el periodo prenatal y un parto digno.
 
“Chama está orientado hacia el refugio y el tratamiento integral humanizado de mujeres gestantes, dependientes químicas o no, de cualquier franja etaria, oriundas de cualquier localidad, acompañadas o no de sus hijos menores de seis años, de ambos sexos, que estén en situación de vulnerabilidad social, siempre que estén debidamente enviadas por los órganos competentes”, explicó Verónica.
 
De acuerdo con la coordinadora del albergue, los objetivos son: desarrollar acciones de promoción, prevención, tratamiento y recuperación de mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad o susceptibles de varios agravios relacionados con el uso/abuso de substancias psicoactivas en régimen de internación.
 
Chama actúa en las áreas de salud, educación, protección social y seguridad alimentaria nutricional, agroecología, actividades socioculturales y educativas, Derechos Humanos y práctica de la ciudadanía.
 
También es parte del proyecto para desarrollar e implementar programas de formación y calificación en diversas áreas, que apunta a la generación de empleos, además de desarrollar vínculos y competencias familiares.
 
“El equipo del Chama está compuesto por psicólogos, asistente social, terapeuta holístico, terapia comunitaria y especialistas en drogadicción. Trabajamos junto a los Caps (Centros Municipales de Atención Psicosocial) y la maternidad de Eusebio. Este trabajo en común es fundamental, pues las mujeres deben pasar por una selección en el Caps antes de ser enviadas al albergue. Cuando están bajo nuestros cuidados, las llevamos a hacer el prenatal en la maternidad de Eusebio”, abundó la coordinadora.
 
*Este artículo fue retomado de la agencia internacional de noticias Adital.
 
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