En México, donde las empleadas del hogar carecen hasta de días de descanso y persisten los motes más despectivos hacia su trabajo, organizaciones civiles impulsan la campaña con el lema «Reconozcamos que el servicio doméstico es un trabajo digno y que hay un día para celebrarlo».
Rumbo al Día Internacional de la Trabajadora del Servicio Doméstico, instituido el 30 de marzo de 1988, las empleadas mexicanas del hogar llamaron a la opinión pública a reconocer su labor mediante un comunicado.
En el país hay un millón 636 mil 78 empleadas, según cifras oficiales. Y 54 por ciento se emplean en zonas consideradas menos urbanizadas, «es decir, el oficio no es privativo de las grandes urbes,» detalla Marcelina Bautista, presidenta del Centro de Apoyo y Capacitación para las Empleadas del Hogar (Caceh).
Asimismo, el trabajo doméstico remunerado aumentó entre el 2002 y 2003 en un punto porcentual al pasar de cuatro por ciento al cinco por ciento de la planta laboral, resultado del creciente desempleo y aumento en el empleo informal.
Pese a que la Ley Federal del Trabajo reconoce los mismos derechos laborales al empleo doméstico, éste es «un empleo informal, donde no existe contrato de trabajo escrito ni jornada conforme a la ley, ni salario mínimo profesional», ni otras prestaciones como guarderías o seguridad social, indicó Bautista.
En un comunicado agregó que «mucho menos pueden aspirar a prestaciones de vivienda digna y créditos personales, ni por medio de instancias públicas, menos de las particulares.»
Hicieron notar que las diversas modalidades como vivir en la casa del empleador o fuera, así como tener uno o varios patrones «confunde a las trabajadoras respecto de sus derechos laborales.»
Como ocurre a menudo con las trabajadoras, las precarias condiciones de empleo y familia les deja poco espacio para capacitarse y organizarse.
En la campaña Reconozcamos que el Servicio Doméstico es un Trabajo Digno y hay un Día para Celebrarlo, participan siete organizaciones de capacitación de trabajadoras domésticas, desde la feminista Colectivo Atabal hasta el Patronato Francisco Méndez a cargo de las hermanas Trinitarias.
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