Grupos interdisciplinarios y plurales de 19 países reunidos aquí decidieron iniciar una amplia y permanente campaña en América Latina para introducir masivamente la anticoncepción de emergencia.
Los representantes de organismos civiles, agencias internacionales, funcionarios de los ministerios de salud, parlamentarios y académicos también acordaron luchar por el respeto de los derechos sexuales y reproductivos y ejecutar los compromisos contraídos por los distintos gobiernos.
Los grupos reconocieron que frente a la juventud de la población, la cantidad de embarazos no deseados y el aborto son un problema de salud pública que podría disminuir con el uso de la anticoncepción de emergencia.
Luego de una discusión específica por país se concluyó que habrán de impulsarse consorcios nuevos en la región. México se comprometió a continuar sus trabajos en un grupo donde hubo funcionarios menores de la Secretaría de Salud, organismos civiles, activistas, académicas y fundaciones internacionales en los campos médico, académico, de derechos y social.
Las y los participantes en la Primera Conferencia del Consorcio Latinoamericano sobre Anticoncepción de Emergencia también concluyeron que es indispensable obligar a los gobiernos a incorporar la anticoncepción de emergencia en los planes, programas y leyes sobre derechos reproductivos, como una garantía y un derecho humano de las mujeres.
La Conferencia aprobó igualmente impulsar un proceso de capacitación a médicos y proveedores del Continente sobre los productos para la anticoncepción de emergencia y su disponibilidad en el mercado. Igualmente el sector parlamentario vigilará que los gobiernos cumplan con sus compromisos internacionales que garantizan el uso de ese recurso.
También acordó impulsar como algo central la información, la comunicación y la educación, por lo que establecerá alianzas con las y los comunicadores y periodistas de la región, como algo central para lograr que los gobiernos despierten.
La anticoncepción de emergencia, que desde 1960 se supo como «un secreto», ha sido fundamental para evitar más de 210 millones de embarazos no deseados en los últimos cinco años en la región y sin embargo la ignorancia, la impericia y la falta de interés de los gobiernos impidió hasta ahora que este método se conozca y use ampliamente.
Las conclusiones estuvieron a cargo el Centro de Estudios Médicos y Planificación Familiar y de la coordinación del Consorcio Latinoamericano sobre Anticoncepción de Emergencia.
En el último día de trabajos se realizaron ocho talleres simultáneos sobre el uso de herramientas y acciones que garanticen los propósitos de esta conferencia que cerró la diputada ecuatoriana Annunziata Valdez, presidenta de la Subcomisión de la Mujer en el Congreso de su país.
Se informó que como resultado de los trabajos de los grupos de los 19 países participantes nacieron consorcios que empezarán a trabajar en Argentina, Paraguay y Uruguay, además de los seis que operan en la región, y que buscarán recursos y apoyos internacionales.
También se concluyó con la seguridad de que un frente amplio de voluntades impedirá el progreso de los sectores de derecha y conservadores que han puesto grandes diques al conocimiento y expansión de la anticoncepción de emergencia.
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