El Senado del estado de California, Estados Unidos, tiene en sus manos la oportunidad histórica de aprobar este mes una ley que ponga fin a la aplicación de la cadena perpetua para menores de edad infractores y rechazar la Ley que encarcela a niñas y niños de por vida, una práctica abolida en casi todo el mundo, informó Human Rights Watch (HRW).
En el informe de HRW Cuando muera me enviarán a casa: Jóvenes sentenciados a prisión perpetua sin libertad condicional en California, la autora del documento, Elizabeth Calvin, señaló que el hecho de condenar menores de edad a prisión perpetua sin libertad condicional significa que morirán en prisión sin la posibilidad de una segunda oportunidad en la vida.
La población puede permanecer segura sin la necesidad de encerrar a las y los menores de por vida por crímenes que cometieron cuando aún eran demasiado jóvenes para votar, beber o incluso conducir, dice.
Incluso, agrega, las y los menores procesados por crímenes que han causado terrible sufrimiento son capaces de reformar sus vidas. Los delincuentes juveniles de California deben ser condenados por sus crímenes, pero también merecen la oportunidad de rehabilitarse.
«Los dirigentes políticos de California deben darles la oportunidad de hacerlo mediante la aprobación de la ley SB 999», enfatizó Calvin. Se tiene previsto que la Ley de Reforma de la Cadena Perpetua sin Derecho a Libertad Condicional para Delincuentes Juveniles (SB 999) sea sometida a votación en el Senado estatal antes del 31 de enero de 2008.
En caso de ser aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes, el proyecto de ley, propuesto por el senador Leland Yee (D-San Francisco/San Mateo) pondría fin a la condena de delincuentes juveniles a prisión perpetua sin derecho a libertad condicional en el estado.
De acuerdo con HRW, las y los jóvenes procesados por homicidio aún podrían ser sentenciados a cadena perpetua, pero tendrían la oportunidad de obtener la libertad condicional tras haber cumplido 25 años o más de condena.
Cabe detallar que el proyecto de ley se encuentra avalado por un número considerable y variado de organizaciones, coaliciones y grupos religiosos.
CADENA PERPETUA
El informe elaborado por HRW se basa en archivos del Departamento de Corrección y Rehabilitación de California y analiza datos obtenidos en una encuesta llevada a cabo por HRW, que abarcó a más de la mitad de la totalidad de las y los jóvenes que cumplen este tipo de condenas.
En el documento se revela que pese a la creencia popular de que la prisión perpetua sin derecho a libertad condicional está reservada para las y los menores que cometen los peores crímenes o que muestran signos de ser criminales irredimibles, el 45 por ciento de las y los jóvenes californianos condenados por haber participado en un homicidio no mataron a la víctima.
Y gran parte de ellas y ellos fueron condenados por homicidio preterintencional, o por cooperar o asistir en el asesinato, pues custodiaban el área mientras se cometía el delito o bien participaban en otro acto delictivo al tiempo que tenía lugar el homicidio.
En tanto que en aproximadamente el 70 por ciento de los casos reportados a HRW, en los que el o la joven no actuaba solo, al menos uno de sus cómplices era un adulto. El documento revela que en el 56 por ciento de estos casos el adulto recibió una sentencia menor que el joven.
En este sentido, Elizabeth Calvin agrega que la misma inmadurez que lleva a las y los menores de edad a cometer los crímenes en primer lugar los deja mal preparados para navegar en el sistema de justicia criminal, por lo que son más propensos que los adultos a recibir condenas más severas.
Algunos de los jóvenes que entrevisté, por ejemplo, no comprendían el sistema de aceptación de culpabilidad a cambio de una reducción de la pena, de manera que rechazaban una sentencia de quince años por considerarla muy larga y terminaban recibiendo prisión perpetua.
El documento detalla que California cuenta con los índices más altos a nivel nacional en disparidad racial, en la imposición de cadenas perpetuas para delincuentes juveniles, siendo las y los jóvenes afroamericanos quienes cumplen este tipo de condenas en una proporción 18 veces mayor que las y los jóvenes blancos, mientras que las y los jóvenes latinos lo hacen en una proporción cinco veces mayor.
Y a pesar de que no existe evidencia que indique que dichos jóvenes no pueden ser rehabilitados, varias de las y los entrevistados señalaron a HRW que sus sentencias no les permiten participar de programas de rehabilitación dentro de la prisión.
El derecho internacional prohíbe la condena de infractores juveniles y esta práctica se encuentra igualmente establecida en casi todos los demás países del mundo. HRW estima que sólo siete personas fuera de los Estados Unidos se encuentran actualmente cumpliendo condenas perpetuas sin derecho a libertad condicional por crímenes cometidos cuando eran menores de edad.
A nivel nacional, un estudio realizado por Human Rights en 2005 estimó que el 59 por ciento de los infractores juveniles que cumplían cadena perpetua sin derecho a libertad condicional en los Estados Unidos habían cometido por primera vez un delito, y no tenían antecedentes ni algún registro de un caso delictivo en su contra.
Otros estados del país vecino están considerando reformas o han iniciado esfuerzos para eliminar la sentencia de cadena perpetua para menores de edad, entre ellos ese encuentran Florida, Illinois, Louisiana, Michigan y Washington.
08/GT/GG/CV
