Aunque el cáncer de mama (CaMa) es la primera causa de muerte por tumores malignos entre las mexicanas, Susana Cerón Mireles, nueva directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR), dijo que dará prioridad a la prevención y detección del cáncer cérvico-uterino (CaCu).
En entrevista con Cimacnoticias, la médica cirujana señaló que es importante dar prioridad a ese programa porque afecta sobre todo a las «más desprotegidas» del país, y es un padecimiento evitable en un «alto porcentaje».
No obstante, desde 2006 el CaMa ocasiona al año más decesos de mujeres mayores de 25 años de edad que el CaCu. En 2009 fallecieron 4 mil 964 mexicanas por CaMa y en 2010 el número creció a 5 mil 113, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con especialistas en el tema, el 46 por ciento de la mortalidad por CaMa puede reducirse mediante la detección temprana. Sin embargo, la Secretaría de Salud (Ss) reporta que actualmente 6 de cada 10 mujeres que solicitan atención llegan en etapas avanzadas.
En 2006 sólo el 22 por ciento de las mujeres de 40 a 69 años se practicó una mamografía, y en los últimos cinco años la proporción aumentó a tan sólo 30 por ciento, según datos de la Ss.
Ello se debe a la falta de infraestructura y de personal capacitado para realizar estudios de detección oportuna, como la mastografía de tamizaje, como lo ha reportado Cimacnoticias.
Por ejemplo, la Ss tiene 185 mamógrafos en el país, de los cuales 18 no sirven, y del total de los aparatos disponibles sólo 19 por ciento es operado en los dos turnos (matutino y vespertino) debido a la falta de personal, según la Coalición Mexicana por la Salud Mamaria.
Al ser cuestionada sobre por qué el CaMa, a pesar de ocasionar la muerte de una mujer cada dos horas no está entre las prioridades del CNEGSR, Cerón Mireles reiteró que el CaCu afecta a las mujeres que están en condiciones socioeconómicas más desfavorables.
Aseguró que dará continuidad al programa de prevención y detección de CaMa, junto a los seis restantes operados por el centro.
La maestra en epidemiología con un enfoque en salud reproductiva por la Universidad de Michigan, destacó que existen retos importantes en cada programa.
Por ejemplo, dijo, hace falta lograr que la violencia contra las mujeres (problemática a la que el centro da respuesta mediante el programa Prevención y Atención a la Violencia) se considere un problema de salud pública.
Cerón Mireles, quien estuvo cuatro años al frente de la Dirección Adjunta de Salud Reproductiva del CNEGSR, consideró que otro desafío es lograr que la población adolescente, rural e indígena tenga acceso a métodos anticonceptivos. Aclaró que el centro responde a esta problemática con el programa Planificación Familiar y Anticoncepción.
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