Más que una iniciativa, la Reforma (Joel) «Ayala» busca aprobar una nueva Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE) que cancela de tajo los derechos de las y los trabajadores, con un altísimo costo para las mujeres, porque dejará a la oferta del mercado la ya de por sí mermada seguridad social, opinó la Secretaria Técnica de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, Odilia Ulloa Padilla.
De «ramalazo», dijo, se busca sustituir el sistema de reparto por el de cuentas individuales y para las nuevas generaciones las pensiones rondarán en 35 por ciento cuando el sistema actual garantiza el 95 por ciento del salario diario y quita a las y los trabajadores el derecho de gozar de dos pensiones (si cotizaron al ISSSTE y al IMSS y sólo podrán tener una, financiada con el ahorro de ambos.
Al participar en la mesa de Medios y Género, organizada por Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) y la Fundación Friedrich Ebert, la economista dijo que el propio modelo chileno de pensiones ya demostró en los hechos su fracaso por lo que México debería tomar en cuenta la recomendación de la OIT basada en tres pilares, porque sólo así nuestro país dejará de tener uno de los sistemas de pensiones más caros del mundo:
Uno, un sistema que mantenga y que transforme los sistemas de reparto; dos, un sistema de cuenta individual (que implique reformas al SAT) y, finalmente, un sistema de aportes voluntarios para aquellas trabajadoras y trabajadores que después de cubrir sus necesidades básicas, aporten para llegar a tener una mejor pensión, las cuales por cierto, dijo, «van a ser las menos porque en el caso de nuestro país son muy bajas».
En el evento moderado por la Coordinadora General de CIMAC, Lucía Lagunes, Ulloa Padilla -experta en temas de salud, seguridad social, salarial y de empleo, entre otros-, detalló que en el ISSSTE laboran o están aseguradas más de cinco millones de mujeres, según la última Encuesta Nacional de Empleo 2004 quienes verán un retroceso en sus conquistas laborales porque la edad para asegurar a sus hijas e hijos bajará de 25 a 16 años de edad, con la salvedad de que para ello deberán estar estudiando.
A pregunta expresa de cómo afectará a las mujeres trabajadoras de aprobarse la nueva Ley, explicó que las mujeres acumulan menos aportaciones en toda su vida laboral y si a eso se le agrega que reciben, en promedio, tres salarios menos que los varones aún cuando tengan mayor o igual nivel escolar, «obviamente que no van alcanzar una pensión digna» cuando además, viven en promedio más que los hombres.
De su lado, Luz María Salazar, integrante de la Comisión Nacional Permanente del Movimiento Democrático Nuevo Sindicalismo-SNTE –conformado hace 16 años por la libertad colectiva a la asociación sindical- destacó que la pretendida Ley Ayala es regresiva porque establece entre otras cosas que «las prestaciones sociales como las guarderías y préstamos a corto y mediano, se otorgarán en función de las disponibilidades financieras».
«Esta nueva iniciativa de Ley vendrá a derogar la que tenemos actualmente; sabemos y creemos que nos va a pegar a mujeres y hombres. A las mujeres nos va a colocar en un rango de mayor pobreza, dado que los salarios son siempre inferiores; además la posibilidad de jubilarnos desaparece y estamos mirándonos en un futuro sólo como un asunto de mercado».
«Ya hoy nos sentimos en riesgo de no tener un seguro de salud y es más complicado tener una simple consulta médica. Entones me pregunto… ¿A qué precio tendremos que jubilarnos?
06/GV/LR
