Inicio Cáncer de mama: a medicamentos riesgosos, nuevas alianzas por la salud

Cáncer de mama: a medicamentos riesgosos, nuevas alianzas por la salud

Por Hilda Soria Torres

Un informe de la revista «Anales de Medicina Interna» («The Annals of Medicine Internal») publicado en la edición del 15 de septiembre me preocupó muchísimo. Este informe revela que los medicamentos administrados a mujeres con cáncer de mama pueden causar riesgos en su salud. ¿Cómo puede suceder esto? Se cree que los medicamentos que dan los médicos son para curar, no para enfermarnos más.

La conclusión de los investigadores, quienes analizaron varios estudios –incluidos ensayos clínicos aleatorios y una evaluación cara a cara de medicamentos que se usan con este fin– es que el tamoxifeno, el raloxifeno y la tibolona reducen el riesgo de cáncer de mama invasivo entre 30 y 68 por ciento; sin embargo, cada uno causa diferentes efectos secundarios.

Por ejemplo, el tamoxifeno se ha usado durante años para reducir las probabilidades de recurrencia entre mujeres que padecieron cáncer de mama. Pero, lamentablemente, hace poco los investigadores encontraron que sólo reduce el riesgo del tipo de cáncer de mama más común y, al mismo tiempo, eleva el riesgo de desarrollar cáncer de mama ER-negativo, más agresivo.

Eso no es todo: los investigadores revelaron que el tamoxifeno y el raloxifeno aumentan la presencia de coágulos entre 60 y 90 por ciento, aunque el raloxifeno provoca menos que el tamoxifeno; esta última sustancia, a su vez, puede causar más cáncer de endometrio y cataratas que los placebos. En mujeres mayores de 70 años, el uso de tibolona fue asociado con accidentes cerebrovasculares.

Especialistas como el doctor Scott Maul, integrante de la Alianza de Oncólogos en Milwaukee, Wisconsin, Estados Unidos, recomienda que las mujeres sólo tomen estos medicamentos para reducir un riesgo alto de enfermar de cáncer de mamá; si ellas deciden no tomarlos, tendrán buenas razones, como la posibilidad de sufrir ataques cardiacos o accidentes cerebrovasculares.

También recomiendan a las mujeres discutir y analizar con los médicos cuál es el mejor tratamiento, así como hacerse una prueba genética para tener una noción más precisa del riesgo al que se enfrentan.

Tal parece que en Estados Unidos es más común escuchar acerca pruebas genéticas; sin embargo, en México no son muy conocidas o no tienen mucha difusión. Sería muy bueno que aquí también estuvieran disponibles como medida de prevención.

Aunque el panorama es un tanto desalentador, este mes –cuando se celebró el día Internacional contra el Cáncer de Mama– el Instituto Nacional de Cancerología de Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés) formalizó una alianza bilateral con los gobiernos de México, Uruguay, Argentina y Brasil para combatir el cáncer.

En su portal de Internet, el instituto explica que esta alianza apoyará el desarrollo de programas científicos para investigación del cáncer, capacitación multinacional y multidisciplinaria, elaboración de estudios clínicos y generación de tecnología.

Como es sabido, el cáncer de mama es la primera causa de muerte en México y una de las principales en Estados Unidos. Con respecto a la alianza establecida por el NCI, el director del Instituto Nacional de Cancerología, Alejandro Mohar Betancourt, dijo que el desarrollo de un registro del cáncer basado en la población mexicana, junto con las recomendaciones para la detección del cáncer de mama, la mejora del acceso de las mujeres a las mastografías y la capacitación de personal serán sus principales prioridades.

Esperemos que los resultados de las investigaciones y pruebas clínicas ayuden a encontrar más medicamentos contra el cáncer que no tengan tantos efectos secundarios, como náuseas y fiebre, entre tantas otros; pero, sobre todo, que no causen el riesgo de adquirir un cáncer más mortal. Tenemos que estar al pendiente de estos resultados y exigirlos, porque nosotras o algún ser querido podemos algún día padecer esta enfermedad y lo que más quisiéramos es la mejor atención, el tratamiento menos peligroso.

Actualmente lo mejor que podemos hacer es preguntar al personal médico sobre los beneficios y contraindicaciones de los medicamentos que nos recetan para que podamos elegir el menos agresivo o el que nos exponga, en menor medida, a otra enfermedad.

09/HS/YT

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