Desde hace tres años el Cáncer de mama (CaMa) ocupa el primer lugar de mortalidad entre las mexicanas, pero no es una prioridad para la Secretaría de Salud (SS): el presupuesto destinado a él sigue siendo bajo, el Programa de Acción para atenderlo no ha sido suficiente y difícilmente se alcanzarán las metas fijadas en esta administración, mientras 12 mujeres continuarán muriendo a diario.
Así lo señala un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) presentado hoy durante el Foro Internacional sobre la desigualdad entre mujeres y hombres, un obstáculo para el acceso al derecho humano a la salud, donde se expone que el CaMa desplazó desde 2006 al cáncer Cérvico uterino (CaCu).
Pese a ello, en la actualidad no se alcanza ni el 10 por ciento de detección en mujeres que se encuentran en la etapa I de la enfermedad, mientras que el 92 por ciento se encuentra fuera de la cobertura del estudio de la mastografía, de acuerdo con las metas anuales de detección del Programa de Acción para la Prevención y el Control del CaMa 2007-2012.
El objetivo de este programa, creado durante la administración del también panista Vicente Fox, era evitar que la tasa de mortalidad por esta causa fuera superior a 17 muertes diarias por cada 100 mil mujeres de 25 años y más (tasa registrada en 2000), objetivo que se mantiene en esta administración al pretender que a 2012 esta tasa se ubique en 17.5 por cada 100 mil mujeres.
En cuanto a cobertura anual de detección, la meta para esta administración es que a 2012 se alcance el 30 por ciento con exploración clínica de mama en mujeres de 25 a 69 años que en 2008 se ubicó en apenas 10 por ciento.
La cobertura de detección por mastografía en mujeres de 50 a 69 años a 2012 pretende llegar a 21.6. En 2007 ésta fue de 8.5 y en 2008 de 10.5.
Una meta «ambiciosa» de este plan es que para el mismo periodo el 95 por ciento de los radiólogos estén certificados para interpretar los estudios de imagen para detectar o diagnosticar la enfermedad.
En 2008 apenas el 20 por ciento de quienes se encargan de realizar el estudio estuvo certificado, lo que significaría que en los próximos tres años tendría que haber un incremento del 75 por ciento para alcanzar dicha meta.
Aún con todas estas metas, lo cierto es que los recursos destinados para atender este cáncer reproductivo son bajos mientras que los recursos humanos carecen de capacitación.
En este sentido se cuestionó la calidad de las mastografías y se consideró necesario contar con un programa de calidad y certificación de éstas.
SIN DINERO
En el presupuesto de Egresos para 2009, el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, donde se encuentra la atención de los cánceres reproductivos, tuvo una reducción de su gasto por 277.4 millones de pesos (33 por ciento) en comparación con 2008, según el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y Equidad de Género.
En 27 años (de 1979 a 2006) la tasa de mortalidad por CaMa creció en 4.5 por cada cien mil mujeres. De 5.6 muertes registradas en 1979 pasó a 10.1 en 2006.
En 2006 la tasa de mortalidad por CaCu se ubicó en 9.9 mientras que la de CaMa en 10.1 por cada cien mil mujeres, de acuerdo con el análisis del INSP, lo que significó la muerte de 4 mil 134 mujeres por el primero y de 4 mil 497 en el segundo.
Entre los desafíos para disminuir la incidencia de la enfermedad en México es necesario incrementar la información y educación desde la pubertad así como la capacidad instalada de mamógrafos y establecer centros de estandarización y certificación diagnóstica.
En cuanto a la atención, el estudio considera importante incrementar el número de radiólogos y enfermeras entrenados para realizar exámenes clínicos y fortalecer la investigación ya que a la fecha, señalan, no existen estadísticas sobre el impacto emocional y psicológico que provoca este diagnóstico en las mujeres.
09/LGL/GG
