Inicio Cáncer de mama se globaliza, no así su detección y tratamiento

Cáncer de mama se globaliza, no así su detección y tratamiento

«La vida es muy corta querida…. Uno nunca se da cuenta de ello…», afirma tristemente Aline. Y continúa «el día menos pensado te dan la noticia…. Lo sentimos mucho, tiene cáncer en el seno izquierdo».

Aline, de 35 años de edad. Hermosa, radiante de vida. Muy platicadora, de cabellera larga rojiza, hoy ya no es la misma. Hace tres semanas, nos sorprendió con la desagradable noticia. «Es horroroso. No sé que va a ser de mi vida», exclama con grave angustia. Sin embargo, la vanidad la envuelve. «Mi pelo… me voy a quedar, además, sin mi hermoso pelo. Y mi vida ¿Sin dinero para la atención adecuada? Es muy caro… Me voy a morir, asienta.

El cáncer de mama se ha convertido en una preocupación mundial, afirma la revista TIME en un reportaje de octubre del año pasado. El cáncer de mama es la forma más letal de cáncer para la mujer en el mundo, precisa la prestigiosa revista, luego de mencionar el caso de Liu Lichunn, quien a los 40 años y originaria de China, nunca había oído hablar de mamografía o mastectomía. Ella perdió su seno izquierdo a causa de esa misteriosa enfermedad.

Liu creía que el diagnostico era una sentencia de muerte. «Nunca escuché en China ningún caso de personas con cáncer que no murieran», apunta.

Se estima que un millón de casos se identificarán este año y cerca de 500 mil casos existentes y de nuevas pacientes morirán por esta enfermedad. Tan solo en los Estados Unidos se diagnosticarán uno en cada ocho mujeres.

En tanto, Aline, entrevistada por Cimacnoticias, regreso hace dos semanas al grupo de amigas que suelen reunirse en una boutique de la localidad de Montclair, Nueva Jersey. Ella, ya no es la misma. Regresó con el pelo corto. Pretende no importarle pero comenta: «Con la ayuda de ustedes en una semana empiezo la quimioterapia». Ahora le cuelga al cuello un enorme crucifijo.

La revista Time, por su parte, explica que en China, como en países de economía emergente, el cáncer de mama es relativamente nuevo y preocupante. Para pacientes y doctores, el aprendizaje sobre su tratamiento va en pausas, titubeante.

Antes, afectaba a las mujeres blancas en la industrial Norteamérica, en Europa del oeste, pero hoy el cáncer de mama esta en todos lados: Asia, África, Europa del Este y Latinoamérica, donde todos están viendo el aumento de casos.

Para el 2020, dice TIME, el 70 por ciento de todos los casos de cáncer de mama en el mundo ocurrirán en los países en vías de desarrollo. Peor aún, el alcance de la enfermedad se está expandiendo, pero no así la detección y el tratamiento.

CÁNCER Y ECONOMÍA

Para una mujer que se pelea contra el cáncer de mama en el occidente industrializado, tienen nuevos diagnósticos y opciones de tratamiento, pero no sucede en otros lugares.

En septiembre del 2007 la organización estadounidense dedicada al tema del cáncer de mama, Susan G Komen for the Cure, convocó a una conferencia internacional con doctores y sobrevivientes en Budapest. Los delegados compartieron historias de más de 30 países y las diferencias son increíbles, dice TIME.

En los Estados Unidos se estima que se destina 8.1 billones de dólares para el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama cada año. La ubicación de máquinas para mamografías, clínicas y especialistas muestra lo que el dinero puede comprar.

En contraste en Pune, India, para 3.5 millones de mujeres, solo existe tratamiento paliativo. La mitad de las mujeres de la India que padece esa enfermedad permanece enteramente sin tratamiento.

Kathleen Kingsbury, autora del artículo que el TIME titula «La cara cambiante del cáncer de mama», explica que en África del Sur solo cinco por ciento del cáncer es detectados en fase temprana. En los Estados Unidos en contraparte, es detectable el 50 por ciento.

En Ucrania donde las máquinas de mamografía son accesibles, es posible que los doctores escojan entre más de dos imágenes tomadas. Pero en una pobre y desesperante tierra como Kenia «Si no puedes viajar para el tratamiento, dice Mary Onyango, solo te sientas a esperar tu muerte». Y Nanci Brnker, fundadora del grupo Komen afirma: «La pobreza es conocida como un carcinógeno».

AVANCES Y RETROCESOS

La mejora en la sanidad, en la comida, en los servicios de salud pública, incluidos medicamentos económicos, trajo mejores expectativas de vida para las mujeres. En 1965, la expectativa de vida era de 50 años y en 2005 aumentó a 65 años.
Pero eso también significa que las mujeres simplemente viven lo suficiente o más para alcanzar la edad en la que son más susceptibles al cáncer de mama.

Con la expansión de la forma vida occidental, con los hábitos alimenticios que dan preferencia a la comida grasosa, excluyendo el ejercicio y propensas a la obesidad, aumenta la incidencia de cáncer de mama.

Los factores de riesgo, con la globalización, pueden cruzar las fronteras libremente, pero el conocimiento sobre los tratamientos no. América puede vivir un mundo de moños rosas en apoyo a la lucha contra el cáncer, o brazaletes de «Livestrong», pero en otras partes del mundo el cáncer de mama continúa siendo un secreto vergonzoso.

Cada tres minutos, una mujer egipcia es informada que padece de esa enfermedad y uno de sus primeros miedos es que su marido la abandone. Lo secreto no solo lidera lo miserable, sino también la desinformación, dice TIME.

En la India, mujeres con cáncer de mama pueden ser forzadas a utilizar platos por separado y también cucharas, porque la creencia que se tiene es que esa enfermedad es contagiosa. «Hay miedo de alimentar a sus hijos con sus propias manos», dice Vijaya Mukerjee, sobreviviente de cáncer de mama, que vive en Calcuta.

Gilze Maria Costa Francisco, enfermera brasileña, sobreviviente de cáncer, también dijo que una joven le preguntó si podía contraer el cáncer si su hija le eructaba al momento de estarla amamantando.

Estos problemas y creencias locales tan diversos indican que las soluciones tienen que ser similares. País por país, las y los médicos tienen que llegar a acordar cómo combatir este cáncer», dice el doctor Erik Winer, consejero científico en la jefatura de Komen for the Cure.

Como la investigación en América del Norte, Latinoamérica, África, Asia, Europa y el medio Oeste muestra que hay lugares donde se encontraron soluciones y en otros no. Hay países en donde las vidas se han estado salvando y otras en donde se continúan perdiendo. En todos estos, el primer paso a combatir la enfermedad es en el entendimiento sobre ella.

ETNICIDAD Y DESTINO

La raza es posiblemente el factor más poderoso que puede determinar los cambios en las mujeres que sobreviven al cáncer de mama, dice TIME.

La mayoría de las mujeres en los Estados Unidos tienen antepasados que llegaron de Europa y la mayoría de quienes desarrollan cáncer de mama son quizá del tipo que es estimulado por la exposición al estrógeno. Esta es una de las razones de la enfermedad que usualmente golpea a mediana edad, antes de los 25 años de edad.

Desde que el cáncer depende del estrógeno para crecer, los medicamentos como el Tamoxifen y el Herceptin, que bloquean la recepción de las hormonas de las células malignas, puede ayudar a detener la enfermedad, señala el texto.

Pero las mujeres de Asia, como también las mujeres negras de los Estados Unidos y África, están en alto riesgo de desarrollar una forma más agresiva de cáncer mamario conocido como estrógeno ­receptor negativo. Esta enfermedad ocurre en promedio en edad más temprana que la otra variedad y es indiferente a medicamentos que bloquean el estrógeno, pues no es alimentada por estrógeno en un primer momento.

En junio del 2006, algunos datos muestran que 40 por ciento de pacientes de afroamericanas con cáncer de mama premenopáusicas tienen incluso la forma de cáncer más peligroso de ER-negativo, un subtipo resistente no solo al estrógeno, incluso a la progesterona, otra hormona que puede bloquearse por tratamiento.

Los genes pueden causar problemas por sí mismos, particularmente en las asiáticas, señala el artículo. Menos del 10 por ciento de las mujeres americanas con cáncer de mama tienen una forma causada por una nutrición inherente en sus genes, llamada Brca I y Brca 2. Éstas, asociadas con el cáncer de mama, ataca antes de los 50 años y afectar un segundo seno.

La detección de cáncer maligno en la población de Asia, posiblemente, presenta dificultades especiales. Las mujeres asiáticas tienden a tener más tejido semi denso que otras mujeres, y muchos estudios muestran que la alta densidad del tejido escinco veces más favorable para el desarrollo maligno.

«Científicos locales deben hacer sus propias investigaciones para encontrar sus propios regimenes», dice el doctor Richard Wisconsin, con base en International Breast Cancer Reserch Foundation.

COSTUMBRES OCCIDENTALES

Si la expansión de los estilos de vida de los Estados Unidos y Europa indica TIME están contribuyendo al boom del cáncer, lo primero y más terrible son los nuevos hábitos, es decir la dieta.

En un estudio realizado en julio del 2007, científicos trazaron el hábito alimenticio de tres mil mujeres chinas, cuyas edades eran de 25 a 64 años. La mitad del grupo come «carne-dulce», dieta de la cocina occidental, rica en carne roja, camarones, pescado, dulce, postres, pan y leche. Las demás, lo más tradicional de Asia como tofu, vegetales, frijoles, pescado, leche de soya. Mujeres postmenopáusicas en la carne-dulce mostraron 60 por ciento más riesgo de desarrollo del más común cáncer de mama.

08/LP/GG

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