Ante la falta de políticas públicas que protejan a las mujeres de la violencia doméstica, los refugios de mujeres violentadas son sitios altamente confidenciales, afirmó Margarita Guillén, directora de la Red Nacional de Refugios (RNR).
En el marco de la evaluación de la asociación civil «En familia rompamos el silencio», que en el estado de Hidalgo dirige el refugio para mujeres víctimas de violencia familiar, la directora de la RNR dijo que la violencia doméstica en algunas ocasiones incluye trata de personas y comercio sexual, particularmente con personas que no hablan español.
Ante representantes de asociaciones civiles y funcionarias del gobierno local, Guillén añadió que para combatir estas situaciones, la RNR ha tendido sus vínculos hacia el resto del continente, para facilitar la movilidad de las víctimas.
Sostuvo que el país «no puede considerarse democrático mientras haya tantas mujeres amenazadas en sus propios hogares, cuando en México, según las estadísticas, la familia es la institución más respetada por las mujeres y los hombres, y es en la familia donde se dan las acciones patriarcales más violentas y cotidianas».
«Para que México pueda considerarse altamente democrático, debemos entrarle al sistema de legalidad, al acceso de la justicia para las mujeres, a las políticas públicas que las protejan después de su paso por el refugio», puntualizó.
Margarita Guillén explicó que uno de sus próximos objetivos como red es construir lazos con las entidades policíacas para evitar casos de corrupción o influyentismo, que impidan la protección de las mujeres en caso de violencia doméstica.
El estado de Hidalgo, es integrante de la RNR, a través de la ONG «En familia rompamos el silencio» que dirige el refugio para mujeres víctimas de violencia familiar, cuyo objetivo es evitar que las mujeres sean víctimas de crímenes mayores, homicidios, lesiones incurables, discapacidad, mutilación, pérdida irremediable de estado de salud mental ó suicidio.
La RNR surgió en 1999 para incentivar la creación de nuevos espacios para las mujeres que huyen con sus hijas e hijos de la violencia doméstica.
En los refugios, se rompe el ciclo de la violencia y se les brindan las herramientas emocionales y destrezas personales para la autosuficiencia de las mujeres, en la toma de decisiones asertivas hacia una vida sin violencia, bajo una perspectiva de equidad de género.
Actualmente, la red está integrada por 42 refugios que prestan servicio todos los días del año, con atención especializada las 24 horas del día.
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