En Guatemala el 67.3 por ciento de las menores de 20 años de edad que viven en pareja no utiliza ningún método anticonceptivo aunque no desee embarazarse, lo que muestra la violación a los derechos sexuales y reproductivos de las habitantes del país centroamericano, denunció la Organización de Mujeres Tierra Viva.
En un boletín, la asociación guatemalteca describió el crítico panorama que enfrentan las mujeres de esa nación, el cual se agudiza cuando son indígenas o viven en zonas rurales y por tanto no acceden a servicios de salud sexual y reproductiva.
Hasta 2010 las mujeres en edad reproductiva menores de 20 años de edad sumaban un millón 690 mil; de las que a esa edad estaban unidas el 67.3 por ciento no utilizaba ningún método anticonceptivo.
Del resto de las jóvenes que viven en pareja, el 18 por ciento utiliza inyección hormonal, el 4 por ciento toma pastillas anticonceptivas, 3 por ciento usa condón, 1.5 por ciento utiliza el dispositivo intrauterino (DIU), y el resto utiliza métodos naturales, según la Encuesta de Salud Materno Infantil, realizada en ese país en 2008 y 2009.
En este escenario, Tierra Viva señaló que el uso de anticonceptivos no está siendo efectivo en Guatemala, a pesar de que su utilización representa uno de los factores más importantes para la disminución de la fecundidad, sobre todo entre las más jóvenes.
Guatemala tiene la tercera tasa más alta de fecundidad adolescente en Centroamérica; en esta nación se registran 114 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años de edad.
De acuerdo con la indagación de Tierra Viva, alrededor de 50 por ciento de las guatemaltecas ha tenido al menos una hija o hijo antes de los 19 años de edad, de las cuales el 20 por ciento ha tenido dos o más descendientes antes de cumplir 18 años.
Así cuando estas mujeres llegan a los 30 años «muchas han procreado 7 u 8 niñas o niños, con altos costos para su salud y economía», sostienen.
En tanto, la tasa global de fecundidad indica que en promedio cada mujer en ese país tiene 4.4 hijas e hijos a lo largo de su vida. Sin embargo, el número de descendientes aumenta a 5 en el caso de las habitantes de zonas rurales y a 6 en mujeres indígenas.
Las guatemaltecas en general quisieran tener una hija o hijo menos de los que actualmente tienen, observó la asociación con base en datos oficiales.
Tierra Viva, asociación que desde 1992 promueve los derechos reproductivos de las guatemaltecas, denunció que en su país continúa siendo insuficiente el acceso a la salud sexual y reproductiva para las mujeres en general y de forma más aguda para las adolescentes y jóvenes.
El acceso a estos servicios es todavía más escaso para las mujeres que viven en áreas rurales, que no hablan español y tampoco saben leer y escribir.
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