El 34 por ciento de la población trabajadora del país son mujeres y casi la mitad (44.34 por ciento) trabajan sin prestaciones, mientras que el 13 por ciento lo hace sin recibir salario alguno.
Esto revela un panorama general de las condiciones actuales de las trabajadoras mexicanas, elaborado en 2004 por el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal).
La misma investigación señala que el 75.4 por ciento de las trabajadoras ganan menos de tres salarios mínimos y el 63.7 por ciento de los varones recibe un salario similar.
Lo anterior fue señalado hoy por Manuel Padrón, integrante del Cereal, durante la mesa de medios realizada por Comunicación e Información de la Mujer y la fundación Friedrich Ebert, donde se abordó el tema de los Contratos Colectivos de Protección.
Dicha situación hace a las trabajadoras mexicanas «las proletarias de las proletarias», consideró Patricia Juan Pineda, integrante de la Red de Abogados, ya que el escenario para conseguir empleo es más complicado para ellas, pues «les exigen aún mayores requisitos, son las que menos acceden a la educación por lo que ingresan a los empleos más precarios, como el área de servicios donde los Contratos Colectivos de Protección son más agresivos».
Al respecto, el coordinador de Cereal aseguró que no se cuenta con cifras oficiales sobre la inequidad salarial por razones de género en México. Sin embargo, organismos documentan que las mujeres ganan la mitad que los varones cuando se realiza el mismo trabajo en la mayor parte de los puestos que se oferta en el mercado.
Es decir, las empresas bajan la oferta salarial si quien requiere el empleo es una mujer, acotó.
Por su parte, Inés González Nicolás, coordinadora del Diálogo Sindical y de Género de la Fundación Friederich Ebert, dijo que al haber ingresado tardíamente al mercado de trabajo y de forma masiva, las mujeres llegan en un momento en que los contratos colectivos de protección (CCP) no protegen el derecho de las madres trabajadoras.
En México el panorama es desfavorable, pues entre el 90 y 85 por ciento de los contratos son de protección, aseguró por su parte Patricia Juan Pineda. Sin embargo, en el ámbito federal no existe una preocupación por actualizar la información sobre el número de contratos y los sindicatos titulares que los manejan.
En ese sentido Manuel Padrón subrayó que sólo el 12 por ciento de la población asalariada tiene revisiones contractuales, mientras que en todos los sindicatos locales y federales sólo hay 44 mil 550 revisiones contractuales al año. Además, agregó, de los contratos colectivos federales, aproximadamente un 80 por ciento pertenece al Congreso del Trabajo.
Asimismo, hay una estimación de que existen un millón de contratos colectivos a nivel nacional, mientras que en la Ciudad de México hay 105 mil contratos colectivos de los cuales solo 5 mil son revisados.
Entre los sindicatos que tienen CCP están, según Patricia Juan Pineda, el sindicato Justo Sierra y el López Mateos. Este último ha quintuplicado en el último año su cantidad de contratos. Además de los sindicatos de Wal-Mart, Aurrerá, Vips y American Express, entre otros.
CCP, AGRESIVOS CON LAS MUJERES
Al respecto, Patricia Juan Pineda reiteró que los Contratos Colectivos de Protección, los cuales se firman a espaldas de las y los trabajadores y eliminan sus derechos laborales fundamentales, son más agresivos para las mujeres, especialmente en el sector servicios, donde se están insertando en mayor medida, pues les reduce las prestaciones necesarias en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Y recordó que actualmente ya hay más dirigentes mujeres, aproximadamente 15 en sindicatos, como el del Colegio de la Frontera Norte, el Colegio de México, en la Universidad Autónoma de Chapingo, en las preparatorias del Gobierno del Distrito Federal (GDF), en el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana y en el 19 de Septiembre, entre otros.
Estas nuevas sindicalistas están tomando en cuenta las condiciones de las mujeres, incluidos los contratos colectivos de protección, pues éstos fortalecen las condiciones precarias de contratación que dejan a las y los empleados sin seguro social y para contratarles les obligan a firmar fianzas, pagarés y renuncias en blancos, lo cual no es tomado en cuenta en las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
Es decir, no hay procesos de revisión ni inspección de trabajo que se encargue de verificar que las contrataciones de los trabajadores se apeguen a la ley.
PRECARIZACIÓN EN ESTE GOBIERNO
Esta tendencia a la subcontratación, que es visible en el sector maquila, en el energético y el sector minero y de servicios, se está volviendo una forma de desvalorar las prestaciones y derechos de las y los trabajadores, dijo por su parte Manuel Padrón.
Lo anterior se manifiesta en las condiciones laborales de las y los trabajadores y se ve reflejado en las cifras que ha recopilado Cereal y que evidencian que en este primer año de Felipe Calderón existe una precarización del sector laboral pues el 60 por ciento de quienes trabajan ganan un salario menor a los 150 pesos diarios.
Cuatro de cada 10 percibe un salario menor a los 50 pesos diarios. Casi el 10 por ciento de la población ocupada no recibe ingresos y una tercera parte recibe menos de un salario mínimo.
Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), 42 productos de la canasta básica subieron sus precios en un 34.17 por ciento entre diciembre del año pasado y septiembre de 2007, lo que representa un aumento 16 veces superior a la inflación general registrada en el mismo periodo del 2006, que fue de 2.06 por ciento.
Como consecuencia, el costo de la canasta básica aumentó de 818.44 pesos en diciembre de 2006 a 1 mil 98 pesos en septiembre de 2007. Por ello, actualmente una trabajadora o trabajador debe laborar 21.7 días para poder adquirir una canasta básica de 42 productos, sin considerar el transporte, habitación, vestido, educación y pago de servicios.
07/HVR/GG
