Inicio Castaños: el juez se quedó corto, «hubo lana», sostiene víctima

Castaños: el juez se quedó corto, «hubo lana», sostiene víctima

Por la Redacción

Cuarta y última parte

Soledad Jarquín Edgar/enviada

Monclova, Coah., 26 junio 08 (CIMAC).- De las 14 mujeres que el 11 de julio de 2006 fueron atacadas por el pelotón MK-19 pertenecientes al 14 Regimiento de Caballería Motorizado del Ejército Mexicano en la zona de tolerancia del municipio de Castaños, sólo quedan seis en los salones El Pérsico y Las Playas, «las demás se han ido poco a poco».

Castaños es un pequeño municipio conurbado a Monclova. La zona de tolerancia se ubica a 10 minutos de Monclova en el kilómetro 180 de la carretera 57 que comunica a ambos municipios, los cuales están localizados a poco menos de 200 kilómetros de Saltillo, la capital del norteño estado de Coahuila.

De Wendy, quien junto con otra compañera se retractara de sus dichos sobre la violación cometida en su contra, tras acusar a terceras personas de que le habrían pagado para denunciar a los militares, nada se sabe.

Alguna vez, explica una de las afectadas, supimos que Wendy estaba en una maquiladora. «La última vez que la vio una de las compañeras la correteó», explica, y sostiene que la retractación de Wendy y de otra ex compañera de El Pérsico influyó para que no fueran castigados todos los responsables.

Entrevistada en su casa, la joven señala que desconoce cómo va la apelación en el Tribunal de Justicia del Estado. Y, «como yo, las otras tampoco saben nada. No es que no tengamos interés, pero desde el día de la sentencia (1 de octubre de 2007) no hemos platicado y menos ahora que las cosas están tan difíciles».

El cansancio del trabajo de bailarina en Las Playas se refleja en su rostro, mientras el tono de su voz denota preocupación. Ya no está la mayoría, se fueron poco a poco. A unas (el Gobierno) les dio carritos para vender tacos, hot dog o hamburguesas. Yo sigo estudiando computación, porque quiero salir pronto de ahí. Otras pues tuvieron hijos y sus parejas no quieren que vuelvan a trabajar. Otras se cambiaron a otros bares en el centro de Monclova. Así que de manera regular vamos nada más como seis.

En la muy pequeña sala de su casa, el calor de más de 40 grados agobia, como los recuerdos que le vienen a la memoria de aquella noche cuando el grupo de unos 20 militares uniformados y armados entraron a Las Playas.

HACE DOS AÑOS

Aquella noche, narra la mujer, con el pretexto de realizar un operativo sorpresa, los soldados sometieron a golpes a los guardias y al cantinero. Luego la sacaron junto con otra compañera del lugar. Frente a la pared y de espaldas a la «tropa», les pidieron que se desnudaran. Abran las piernas, les dijeron a gritos y con insultos. Incluso, un soldado les separó las piernas con su arma. De reojo y sin atreverse a mirar de frente y llena de miedo observó lo que le hacían a su compañera. El soldado, burlándose de ellas, les metió los dedos en la vagina y las lastimó. Ellas suplicaron para que se detuviera, pero el juego y las burlas siguieron.

Los mismos soldados siguieron su camino cuando terminaron de humillar a las mujeres de Las Playas. Entraron al Pérsico y durante varias horas cometieron tropelías con 12 mujeres más. Algunas fueron atacadas por tres, cuatro y hasta seis soldados.

De los participantes en aquel episodio únicamente tres soldados fueron condenados a pagar con prisión, determinó el juez Hiradier Huerta Rodríguez. Uno pagó fianza y salió el 2 de octubre pasado. El resto de los ocho hombres detenidos en agosto de 2006 no recibió ningún castigo.

Dicen que el «Richard» – uno de los tres militares que nunca fueron detenidos y que están prófugos de la justicia— «sigue como soldado». Nadie en realidad sabe dónde, es un rumor pero el recuerdo de «Richard» quién lideró el ataque sexual a las 14 trabajadoras de la zona de tolerancia de Castaños sigue presente y causa intranquilidad en sus vidas.

Si el juez hubiera sido justo habríamos tenido justicia, señala la mujer, molesta por los resultados de un largo proceso donde enfrentaron a los militares que las atacaron, acudieron muchas veces como testigos unas de otras y hasta pasaron por una audiencia de inspección en la zona de tolerancia.

«Para mí que el juez se quedó corto con los años que les echó a los tres que están detenidos y que hubo lana para que los otros no fueran castigados, porque elementos tenía, estamos nosotras las víctimas de violación, las agresiones, las amenazas, los golpes que sufrimos aquella noche», sostiene con indignación.

TODO CAMBIÓ

Desde hace dos años, la zona de tolerancia ha ido a menos, casi ya no van los clientes como antes. El otro día, era sábado y las chavas llevaban 40 pesos nada más, comenta con angustia, la mujer sobre la «crisis económica» que padecen.

A Las Playas iba pura gente «efectiva», clientes que ya conocíamos, muchos ya no van. En el Pérsico es otra cosa, ahí va de todo, aunque también tiene poca gente. Pero siempre había muchas personas y nos iba bien. Ahora no, sostiene preocupada, pues asegura que sus ingresos apenas le alcanzan para mantener a sus dos hijas, una ahijada y ahora un nieto.

Explica que la situación es tan difícil que antes tenían un sueldo semanal y podían completar sus ingresos con las propinas de los clientes o con el extra que les daban por cada cerveza que bebían con los parroquianos. Ahora ya no. Cuando mucho te llevas 100 pesos, si te va bien te llevas 300. Pero antes cuando te iba mal eran 900 a la semana, a veces tenía hasta dos mil.

Pero la gente tiene miedo de que vuelva a ocurrir otro ataque. Luego vienen personas que se nota que son soldados y pues nadie quiere estar con ellos. Hay mucho temor.

La zona de tolerancia sigue igual que hace dos años, rodeada de terrenos baldíos y una carretera sin pavimentar. Sobre las paredes de los salones El Pérsico y Las Playas no hay pintura nueva. Es, según las trabajadoras, un lugar inseguro desde el 11 de julio de 2006. «Luego dicen que ahora andan levantando a las chavas. ¿Quiénes? Pues dicen que son Zetas, pero mientras no haya castigo seguirán pasando estas cosas.

08/SJE/GG

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido