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Cero avance en derechos humanos de mujeres indígenas

Por Lourdes Godínez Leal

Los derechos humanos de las mujeres indígenas mexicanas no han registrado ningún avance en muchos años, consideró hoy la consultora en Desarrollo Social y exfuncionaria del gobierno del Distrito Federal, Clara Jusidman.

Jusidman, quien trabaja en la elaboración de un diagnóstico sobre la situación de los derechos humanos de las mujeres mexicanas para el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el gobierno federal mexicano, habló a Cimacnoticias sobre las indígenas, las más desprotegidas de todas.

Casi cuatro millones de mujeres indígenas mexicanas viven en total desamparo, sin acceso a la justicia, educación, salud, vivienda y alimentación adecuada, lo que viola sus derechos humanos.

Para la experta, no ha habido avances en materia de derechos humanos para las indígenas pues son discriminadas por los prestadores de servicios de salud, carecen de instancias de defensa y protección de sus derechos y no tienen asesoría legal en caso de ser violentadas en la familia.

Las mujeres indígenas están totalmente desamparadas, enfatizó, no tienen acceso a la tierra ni a activos productivos pues los hombres prefieren dejárselos a sus hijos u otros familiares.

ESTERILIZACIONES FORZADAS

Abusan de ellas en los servicios de salud, donde las esterilizan sin consentimiento, situación que está ligada con la perversa idea de fijar metas a los médicos de las clínicas rurales sobre el número de esterilizaciones que tienen que realizar, metas impuestas desde las áreas centrales, dijo.

Para Jusidman, cuyo análisis será incluido en un Diagnóstico sobre la Situación de los Derechos Humanos en México, como parte de un convenio entre el gobierno federal y Naciones Unidas, la desigualdad entre las mexicanas es grave y refleja un sistema económico injusto que concentra la riqueza en unas cuantas manos.

Jusidman dijo que si bien ha habido avances importantes a nivel nacional en los anteriores 20 años en materia de derechos económicos, culturales y sociales para las mujeres, todavía existen grandes retrocesos sobre todo para las rurales.

Respecto a las habitantes de zonas urbanas, resaltó su participación en materia educativa aunque explicó que la violencia social en algunas partes del país ha provocado que los padres ya no dejen a sus hijas salir a estudiar debido a los tramos que tienen que recorrer y que muchas veces las ponen en peligro.

En cuanto al ámbito laboral, dijo que la participación de las mujeres ha dado un gran salto pues la drástica caída de los ingresos económicos familiares las obliga cada vez mas a buscar trabajo fuera del hogar.

Pero ese esfuerzo no se ha visto reflejado en los salarios, ya que las mujeres continúan ganando menos que los hombres, todavía padecen acoso sexual y tienen menos posibilidad de ascenso en las estructuras jerárquicas.

En cuanto a salud, destacó los avances de los programas nacionales de control, prevención y atención de cáncer cervicouterino y de mama y los sistemas de control natal que han permitido a las mujeres tomar decisiones sobre el control de su cuerpo y sexualidad.

Sin embargo reconoció que el control de la natalidad sigue sobre el cuerpo de las mujeres y es poca la investigación que se ha hecho sobre el cuidado de los hombres en cuanto a métodos de control natal.

¿Y LOS ANTICONCEPTIVOS?

Pese a ello, agregó, hay retrocesos de disponibilidad amplia de anticonceptivos acordes a la etapa del ciclo de vida de las mujeres pues explicó que las jóvenes se quejan de que los dispositivos no son adecuados a un ejercicio libre de la sexualidad en la etapa juvenil debido a que son métodos permanentes como el Dispositivo Intrauterino (DIU).

Consideró que las violaciones cotidianas a los derechos elementales de las mujeres, como es el derecho a la vida y al respeto a su cuerpo, están siendo violentadas por el clima de violencia social que hay en muchos lugares del país.

Las mujeres dijo, son secuestradas, y obligadas a la prostitución desde pequeñas, desaparecen y son asesinadas como en Ciudad Juárez y Chihuahua, con total impunidad, no existe investigación, hay un enorme rezago del sistema judicial en materia de investigación de violaciones al derecho a la vida y al cuerpo y las mujeres son más vulnerables.

Otros ejemplos a destacar son los de las mujeres reclusas quienes son abandonadas por sus familiares o se convierten en los chivos expiatorios de sus esposos; de las sexoservidoras, de las mujeres con VIH/SIDA y de las trabajadoras de la maquila.

2003/LGL/MEL

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