Pese a que desde hace 14 años el aborto está penado en Chile, éste se ha convertido en el primer país de América latina y el Caribe con la tasa más alta de abortos inducidos con más de 160 mil practicados cada año, afirma en un comunicado la Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos (RSDSR).
Ante esta situación, la RSDSR le demandará el próximo 27 de septiembre al congreso chileno que restablezca el aborto terapéutico, eliminado en 1989 por el régimen del dictador Augusto Pinochet, además de que en la reforma de salud (próxima a discutirse por el congreso chileno) se incorpore a las adolescentes para que tengan acceso gratuito al uso de métodos anticonceptivos modernos, seguros y eficaces, incluida la anticoncepción de emergencia.
Para ello y con motivo de la campaña por la despenalización del aborto en América latina y el Caribe (que se celebra cada 28 de septiembre en toda esta región desde hace 12 años y cuyo objetivo es la defensa de la maternidad voluntaria, libre y segura), la RSDSR convoca a todas y todos los interesados a la marcha que efectuará el 27 de septiembre a las 12 del día frente a la catedral chilena.
El 35 por ciento de los embarazos de las chilenas, asegura la RSDSR, termina en aborto; de ellos 10 por ciento son practicados por adolescentes, incluso niñas menores de 14 años.
Si bien es cierto que en Chile el aborto está penado, las mujeres de todas las posiciones socioeconómicas continúan recurriendo a esta práctica, pero desafortunadamente son las más pobres las que padecen las consecuencias de los abortos mal practicados.
Tan sólo en 1999 los egresos hospitalarios por complicaciones relativas al aborto llegaron a 15 por ciento del total de egresos obstétricos, 25 por ciento de las mujeres que se practican un aborto sufren secuelas serias, por lo que ésta sigue siendo la principal causa de muerte de mujeres chilenas.
El 80 por ciento de las denuncias a la policía son de hospitales que han atendido a mujeres que se practicaron un aborto clandestino y llegan con ellos de urgencia.
Se calcula que atender a estas mujeres víctimas de complicaciones por abortos mal practicados le cuesta a la nación chilena 15 millones de dólares del presupuesto anual destinado a salud. A decir de la RSDSR, ese dinero podría utilizarse para prevenir embarazos no deseados.
El fenómeno ha provocado que las mujeres emigren a otros países donde les ofrecen alternativas de reproducción; por ejemplo, de los siete millones 775 mil 440 mujeres que había en Chile hasta julio de 2001, cinco millones 183 mil 626 ya residen en países en donde el aborto puede practicarse a solicitud de la mujer por razones de salud, socioeconómicas o personales, asegura la Red.
El comunicado enfatiza el compromiso de la RSDSR por defender los derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, cuántos hijos quieren tener y el espaciamiento que desean entre ellos; también rechaza las posturas de grupos de derecha encabezados por la iglesia católica que han tenido injerencia en las políticas de salud reproductiva.
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