Ni los homosexuales, una población con alto riesgo de contraer el sida mediante sus prácticas sexuales, parecen librarse fácilmente de las falsas creencias y conceptos errados que rondan a esa enfermedad en Chile.
Una encuesta que abarcó a dos mil 500 homosexuales en este país reveló que el 19.8 por ciento considera peligroso «tocar» a otras personas con sida, además de que se mantienen otras creencias erradas como la posibilidad de infectarse por besos o caricias.
No obstante, el 99.6 por ciento de los consultados, habitantes de diversas zonas de la nación que frecuentan espacios de concurrencia gay en la Región Metropolitana, declaran poseer un alto conocimiento sobre la prevención del VIH/sida y el 78 por ciento del total desestima las políticas públicas.
Desarrollado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH) y por el Centro de Investigación Multidisciplinario en Sexualidad, el estudio sirvió para elaborar una campaña nacional de prevención contra la enfermedad.
El programa pretende eliminar «el divorcio que hay entre el conocimiento que existe en la comunidad homosexual y lo que hacen en sus prácticas sexuales», opinó Rolando Jiménez, presidente del MOVILH.
Jiménez agregó que la campaña, centrada en los homosexuales, pretende dar luz «sobre la errónea concepción de la pareja estable y la equivocada creencia de que, si la persona se ve sana, está sana».
Según Jiménez, la campaña ya en curso cuenta con una inversión de 3.5 millones de pesos, y ha sufrido cambios impuestos por la Comisión Nacional del Sida (CONASIDA), financista del proyecto.
«No nos permitieron sacar la campaña del ghetto. Había gigantografías, anuncios en las micros, pero fue absolutamente rechazado», indicó el presidente de MOVILH.
Las polémicas sobre las vías de transmisión del sida y otros desacuerdos de ese tipo se han sucedido en los últimos tiempos, dentro y fuera del país sudamericano.
Dos meses después de que el Fondo de Población de la ONU revelara que cada 14 segundos un joven se infecta con VIH, el vocero de El Vaticano, cardenal Alfonso López Trujillo, aseguró, en una entrevista a la BBC, que «los condones están llenos de pequeños agujeros que permiten el traspaso del VIH».
Esa información fue desmentida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que criticó duramente a cardenales, obispos y sacerdotes por transmitir este mensaje a lo largo de cuatro continentes, «algo no sólo falso, sino también altamente peligroso», señaló el organismo internacional.
Pero El Vaticano volvió al ataque en una fecha clave: el Día Mundial del Sida. Nuevamente recordó que el uso del preservativo no es seguro y que sólo la abstinencia y la monogamia son ciento por ciento eficaces ante un contagio.
En Chile se siguió el mismo camino. Mientras el Ministerio de Salud lanzaba la Sexta Campaña Nacional de Prevención del Sida, la Iglesia Católica, a través de la Comisión de Bioética del Episcopado, daba a conocer los resultados del estudio «La efectividad del condón en la reducción de la transmisión heterosexual del VIH», conducido por Susan Wéller y Karen Davis y recogido por The Cochrane Library (2003).
Esta investigación indica que los preservativos fallan en el 20 por ciento de los casos, argumento utilizado por la Iglesia para desacreditar el uso del condón como un método seguro en la prevención del sida.
El estudio de Wéller analizó más de 4 cuatro mil investigaciones sobre el condón hechas hasta julio de 1999, de las cuales se seleccionaron 27 que, a juicio de la investigadora, cumplían con los criterios metodológicos idóneos y que comprueban que la efectividad del condón alcanza entre el 80 y 90 por ciento.
03/AG/GMT
