La Corte Internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sentenció a 15 años de prisión a un mayor del ejército de Ruanda, Paul Bisengimana, por los delitos de genocidio de al menos mil personas de la etnia de los hutus durante la dictadura que vivió aquel país en la década de los 90.
Bisengimana fue declarado culpable por la Corte Internacional al descubrir que la intención del militar era matar y exterminar a pueblos colindantes con el país africano, además se le encontraron ocho cargos más, los cuales serán estudiados para saber si se le aumenta la pena.
En aquella parte central del continente africano se encuentran las dos poblaciones más extensas de tutsis y hutus, los cuales han protagonizado a lo largo de la historia enfrentamientos por la adjudicación de tierras. Ruanda está situada en medio de los dos grupos y con un mayor porcentaje de tutsis.
Cerca de 800 mil tutsis viven en Ruanda mientras que los hutus son minoría, lo cual llevó a Paul Besengimana a una operación de exterminio contra ellos.
El caso de Besengimana fue calificado por un comisionado de Derechos Humanos de la ONU como un exceso de fuerza para lograr el exterminio total de una raza, lo cual es considerado como un acto inmisericorde.
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