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Continúa el poder femenino en el PRD

Por Miriam Ruiz

El triunfo de Rosario Robles en las elecciones del Partido de la Revolución Democrática (PRD) rompe la inercia histórica, ésa que parecía fatal: ninguna mujer en el poder consigue heredar a otra el mismo poder.

La economista Rosario Robles se convirtió hoy en la mujer de la izquierda moderna, laica, militante feminista y sindicalista más importante de la política moderna, incluyente y democrática de América Latina. Su cometido, como lo afirmó durante su campaña es que «las mujeres se conviertan en las tejedoras de la unidad dentro del PRD».

También, su triunfo, logró, contra todos los vaticinios, remontar el «trauma de 1999» y diferenciar en la jornada electoral lo sucedido hace apenas tres semanas en las elecciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Este día en México, declaró a cimacnoticias el viejo político de izquierda, Pablo Gómez, se logró salvar la imagen y el lugar de las mujeres en la «real politik» al suceder a otra mujer, a Amalia García Medina, presidenta saliente, en unas elecciones consideradas por las dos planillas con mayor presencia en la contienda, como creíbles y sólo con fallas administrativas. No sin incidentes. Lo que también deja a salvo el trabajo de García Medina, responsable indirecta de la organización electoral.

Intentos por suceder a otra mujer se dieron en Colima, cuando salió de la gubernatura Griselda Alvarez y pretendió ser candidata del PRI, Socorro Díaz; lo mismo cuando en el PRI, María de los Angeles Moreno, dejara la presidencia y se habló entonces de Beatriz Paredes, y recientemente en las elecciones de ese partido, que dirigía Dulce María Sauri Riancho.

Lo que no sucedió en Tlaxcala, que gobernó Beatriz Paredes, ni en la Secretaría de Turismo, cuando salió de ahí Rosa Luz Alegría, en los ochenta, y se dijo que la sustituiría Silvia Hernández. Esto, una mujer que sucede a otra mujer, es la primera vez en México.

De acuerdo con una encuesta de Gallup, contratada por el Banco Interamericano de Desarrollo, realizada en 1999, en los próximos 20 años, mujeres con un perfil progresista y feminista, tendrán oportunidad de llegar a las jefaturas de Estado, entre otras cosas, esa encuesta realizada en las ciudades de Buenos Aires, Sao Paulo, Bogotá y México, porque la percepción de las y los electores cambió respecto de la capacidad y eficacia de las mujeres en puestos políticos, por considerarlas con mayor eficiencia en el manejo de las finanzas públicas, políticas sociales y de protección al medio ambiente.

Robles Berlanga de 46 años, incluida en los catálogos de las mujeres de mayor presencia e influencia de la social democracia mundial y cuya tesis de maestría se refirió a la situación diferenciada de las mujeres campesinas y en situación de desventaja y pobreza, durante toda su campaña incluyó siempre un mensaje a las mujeres, independientemente de que realizó tres reuniones específicas con las perredistas.

Se comprometió a buscar durante su presidencia que, durará tres años, un partido que enarbole las banderas feministas: empleo y salario dignos para las mujeres, eliminar las prácticas discriminatorias, así como garantizar para las mujeres una representación plena y hacer posible, para ellas, compartir con los varones la conducción del partido.

El próximo congreso del PRD tendrá que discutir nuevamente la paridad , negada, entre otros, por el sector de su principal contrincante: Jesús Ortega. La virtual dirigente del PRD, también ofreció un partido político diferente, que haga realmente el contrapeso a la corriente conservadora y fundamentalista que se fortaleció con la llegada de Vicente Fox al poder, y que atenta contra derechos ganados por las mexicanas en los últimos 30 años.

La que fuera primera jefa de Gobierno del Distrito Federal. la tercera ciudad más grande del mundo, tiene el propósito de recolocar al PRD como la fuerza política de izquierda más importante de México y trabajar por la recomposición de su partido, su fortalecimiento y avance en el 2003, y poner las bases para el triunfo perredista en las elecciones presidenciales del 2006.

La agenda de las mujeres, propuesta por Rosario Robles –promotora de la ley que es conocida como «Ley Robles», y que aumentó las excepciones de aborto en el 2000 en casos de malformaciones congénitas y de peligro de salud de la madre y que fue ratificada este año por la Suprema Corte de Justicia– en su campaña por la dirigencia del sol azteca, está convencida de que «es necesario actuar, proponer, reinventar el lado femenino de la política. Demostrar en los hechos que este lado femenino privilegia la negociación por encima de la mano dura.

Robles dijo que no descansará en la búsqueda de consensos y tratará de eliminar todo tipo de polarizaciones por encima de las sociales y económicas hasta alcanzar la equidad, entre hombres y mujeres», se lee en su discurso de la reunión del Gran Forum de la ciudad de México -16 de enero– ante mujeres intelectuales del país.

Su compromiso con la mitad de la población -las mujeres– está sostenido en su palabra y su acción. Está convencida de que su trayectoria a favor de ellas vale más que los discursos de sus adversarios, sus compañeros del Partido de la Revolución Democrática (PRD), señaló al conocer los resultados que la favorecen.

Rosario Robles no huyó de una definición todavía controvertida. En entrevista con cimacnoticias, 19 de febrero de este año, se reafirmó como feminista y como impulsora de un Estado social capaz de hacer justicia a la ciudadanía, pero sin olvidar que las mujeres representan más del 50 por ciento de la masa trabajadora, de la población pobre, de la creatividad y el corazón de México.

A lo largo de la campaña se preocupó por restaurar la paz interna en el PRD, así como el compromiso con las perredistas, responsabilidad de campaña según sus palabras: «me interesa crear en el partido una red de mujeres con el fin de capacitarlas, formarlas, detectar a las líderes –que tenemos muchas– y así fomentar su presencia y visibilidad internas. Es necesario que las mujeres sean como las tejedoras de la unidad dentro del PRD,» diría a cimacnoticias.

Luego explicaría, refiriéndose también a su adversario más fuerte: «Tal vez en el discurso estamos muy de acuerdo, pero lo importante son los hechos y a mí en ese sentido me avala no sólo una trayectoria de compromiso y de lucha al lado de las mujeres, sino lo que hice como jefa de Gobierno del Distrito Federal, cuando apliqué políticas públicas a favor de la población femenina.

Se refería a que durante su paso por el Gobierno del Distrito Federal –poco más de un año– promovió la Ley de Prevención de la Violencia Familiar; la creación de un ejército de promotorías de la salud reproductiva; el respaldo a las modificaciones al Código Penal para que en la ciudad de México sea un delito cualquier acto de discriminación contra las mujeres, las personas de distinta preferencia sexual, las y los discapacitados y quienes simplemente viven u opinan diferente.

Ya había sorprendido a propias y extrañas, cuando el 29 de septiembre de 1999 al hacerse cargo del gobierno de la capital de la República, habría dicho que «arrinconaré al patriarcado» de las prácticas gubernamentales y se había comprometido con las mujeres a gobernar desde su postura feminista.

Y su situación se profundizó cuando al rendir su primer informe, en el recinto de la Asamblea de Representantes, se mostró como estadista al recibir, de congresistas de Acción Nacional, actitudes misóginas, que llevaron a un diputado panista a referirse una y otra vez que su mandato era el mismo del señor Cuauhtémoc Cárdenas.

Conocida antaño como promotora del derecho paterno –de hombres y mujeres- para que los trabajadores universitarios tuvieran el derecho para asegurar que sus hijos menores de seis años fueran a un Centro de Atención Infantil, renovó y promovió el crecimiento de los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis) en el Distrito Federal. En el diálogo con los grupos de la sociedad civil de mujeres, encabezó la discusión de la Reforma del Estado, que se incluyeran los deseos, propuestas y acciones de las mujeres.

Sabina Berman, dramaturga mexicana, la considera una mujer con suerte por estar en el lugar preciso y en el momento correcto: decidir ser presidenta en la primaria, y llegar a conocer por un maestro de la ENEP-Acatlán a Cuauhtémoc Cárdenas, son datos destacados por Berman en la revista Cuadernos Feministas (No. 14-2001).

Robles Berlanga nació en la ciudad de México en 1956. Comenzó su carrera política en la dirigencia femenil del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), en 1988-1993.

Impulsó en 1990 durante el Congreso Universitario la participación paritaria de hombres y mujeres en las instancias y representación en la vida universitaria. En esa época consiguió para las empleadas universitarias prestaciones de jubilación, estancias infantiles, atención médica especializadas.

Y en forma destacada por su trabajo por primera vez en la historia del sindicalismo en México, se estableció en el contrato colectivo la expulsión y/o rescisión de contrato a quienes cometieran actos de hostigamiento sexual.

Fundadora del PRD en 1989, ha sido consejera nacional, secretaría de Movimientos Sociales y de Organización y diputada federal. En la Cámara promovió y puso las bases para la creación de la primera Comisión de Equidad y Género, para el grupo parlamentario de su partido y posteriormente para el gobierno interno del Congreso.

En 1994, encabezó al primer grupo de mujeres que marchó hacia las montañas del sur de Chiapas, llamado «Rosario Castellanos», que mantuvo una corriente de atención y solidaridad con las indias en conflicto en esa entidad, como resultado de la aparición el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Luego sería secretaría de gobierno, y en 1999 fue jefa del Gobierno del Distrito Federal.

Mujer controvertida, en la mira de los medios de comunicación, salió airosa de una campaña persistente sobre su gestión como gobernante del Distrito Federal y durante casi siete meses recorrió el país en busca de la presidencia que anoche, según las encuestas de salida, los sondeos de su equipo de trabajo, la colocaron en la Presidencia Nacional del PRD.

La encuesta de salida, con una ventaja de 2 a 1, con un margen de error del 6.2 por ciento, según las casas Alducin y Parametría, no variará significativamente los resultados.

       
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información producida por cimac, comunicación e información de la mujer
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