A 30 años de haber celebrado la primera Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer, realizada en la ciudad de México en 1975, la violencia contra las mujeres «es una atrocidad oculta para los derechos humanos», señaló la Sección Mexicana de Amnistía Internacional (AI).
De acuerdo con un boletín de la entidad internacional, la Declaración de México destaca que las mujeres y los hombres deben tener iguales derechos y deberes y que es responsabilidad de los Estados propiciar las condiciones necesarias para que los ejerzan; sin embargo, la violencia contra ellas se ha vuelto una violación a las garantías fundamentas, que aumenta de forma universal.
La información afirma que vivir con seguridad es un derecho indispensable y no un privilegio, como lo han hecho creer los gobiernos; la vida de las mujeres se ve amenazada constantemente, ya sea por situaciones delincuenciales, guerras o agresiones en sus hogares, por lo que actuar inmediatamente a favor de su integridad es indispensable, añade.
Para las y los directivos de AI sección mexicana, las mujeres enfrentan diariamente situaciones de violencia en sus puestos de trabajo, en las instituciones del Estado, en las escuelas, en el hogar y en las calles, que afectan su desarrollo de forma grave física y mentalmente, asevera el boletín.
Erradicar el femicidio, la violencia intrafamiliar y contra las mujeres, requiere de políticas públicas que promuevan cambios de actitudes y reformas a las normativas; disminuir las estadísticas del flagelo es una responsabilidad personal e institucional, concluyó Rupert Knox, coordinador del grupo investigador de AI con sede en Londres.
2005/GM