En lo que parece una ola sin fin de desorganización interna y de continuos ajustes de personal, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), presidido por Patricia Espinosa Torres, despidió la semana pasada a otros cinco de sus trabajadores.
Fuentes del instituto y ex trabajadoras del Inmujeres consultadas por Cimacnoticias informaron hoy que la subdirectora de la Coordinación de Comunicación Social, Laura Elena Espinosa, y el asistente del Organo Interno de Control, Gonzalo Cruz, fueron cesados de sus funciones.
Otras tres personas del área administrativa (entre ellas al menos una mujer) fueron despedidas la semana pasada. Las fuentes advirtieron sobre la posibilidad de que en las próximas semanas haya más recortes de personal, toda vez que Patricia Espinosa pretende deshacerse de las trabajadoras y los trabajadores que supone están «filtrando» información a la prensa.
Con este recorte sumarían al menos 105 personas despedidas del Inmujeres desde 2001, año en que fue creado con el objetivo de introducir la perspectiva de género en las políticas públicas.
En enero pasado, un grupo de ex trabajadoras del Inmujeres denunció que en diciembre de 2003 fueron despedidas cuatro personas (tres mujeres y un hombre), quienes ocupaban cargos de subdirección en el instituto. Las ex trabajadoras informaron que esos mandos medios fueron relegados de manera injustificada.
Hasta ahora el Inmujeres enfrenta una decena de demandas laborales en su contra. Las ex trabajadoras lamentaron la inexistencia de un sindicato, el cual es un tema «prohibido» en el organismo, acotaron.
También explicaron que la falta de aplicación del reglamento interno de trabajo da pie a que haya «maltratos» hacia las trabajadoras y los trabajadores.
En su momento, el grupo de ex trabajadoras advirtió que el Inmujeres procede a despedir personal sin dar argumentos y que al parecer el motivo de las rescisiones obedece a cuestiones partidistas.
Para colmo, el grupo de mujeres lamentó que el ambiente de trabajo prevaleciente en el instituto es de «terror» e «incertidumbre laboral», por lo que hay quienes han optado por no manifestar su inconformidad ante una posible represión.
El domingo pasado, la escritora Elena Poniatowska publicó en el diario La Jornada el artículo titulado El escándalo de Inmujeres: burla a los ciudadanos, en el cual denuncia que ese organismo enfrenta desde hace más de dos años problemas administrativos, la salida de más de la tercera parte de su personal, demandas laborales y congelamiento o cancelación de programas.
En su texto, Poniatowska le pregunta al presidente Vicente Fox porqué no ha intervenido «para poner orden en esa institución que ha sido denunciada en los medios», y habla de los posibles delitos en los que habría incurrido Patricia Espinosa, como un presunto tráfico de influencias al beneficiar con recursos del instituto a su hija Patricia Parrodi.
El próximo ocho de marzo termina la gestión de Espinosa al frente del Inmujeres. Según la ley del instituto, corresponde al presidente Fox ratificar en el cargo a la funcionaria por otros tres años o nombrar a otra persona.
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