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Contratos colectivos de protección patronal afectan a mujeres

Por Hypatia Velasco Ramírez

Las mujeres son fuertemente afectadas por los contratos colectivos de protección patronal, lo cuales son firmados por empresas y por sindicatos que éstas crean, a espaldas de las y los trabajadores, quienes desconocen su existencia y se contratan bajo sus términos.

Además, estos contratos se firman mayormente en ramas de la industria donde ellas son mayoría: autoservicios, maquilas y limpieza.

Sin embargo, nadie aún se ha interesado en realizar un estudio que ofrezca un panorama real del impacto que estos contratos tienen sobre las trabajadoras. Es decir estamos completamente invisibilizadas al respecto, según Inés González, coordinadora del área sindical y género de la Fundación Friedrich Ebert.

Durante el Foro Internacional Contra los Contratos Colectivos de Protección Patronal, que se llevó a cabo ayer, Inés González consideró, en entrevista con Cimacnoticias, que las mujeres llegamos al mercado laboral de forma masiva en una época en que el fenómeno de los contratos de protección tiene un fuerte auge y la representación sindical y la negociación colectiva están en un contexto de corrupción, manipulación y de control a favor de los patrones.

«Por lo tanto, haber llegado tarde al mundo del trabajo nos implica no tener una verdadera representatividad sindical y existe además la falta de una verdadera representatividad de los derechos de las trabajadoras».

A las mujeres nos tocó esta parte cómo un castigo, pues «no encontramos los mejores momentos de la representatividad sindical y parece que siempre a las mujeres nos toca recibir toda la parte negativa de la flexibilización del mundo del trabajo».

Además, dijo, estamos olvidadas no sólo es en términos de la representatividad, sino también en términos del estado en el que se encuentran los puestos de trabajo en el área laboral.

A decir de González, las mujeres cada día aceptan trabajos más precarios, menos remunerados y en los que no tenemos poder de decisión, pues llegamos a un momento tardío de la negociación colectiva bilateral (empresa-Estado) democrática.

«Por donde lo veamos, las mujeres finalmente salimos afectadas», particularmente porque los contratos de protección, que son un daño para las y los trabajadores, se dan principalmente en la industria de las tiendas de autoservicio, limpieza, telecomunicaciones y maquilas, áreas que son ocupadas en su mayoría por mujeres.

Sin embargo, no conocemos sus implicaciones sobre la población femenina por lo que es necesario desarrollar un estudio que pudiera dar cuenta de cómo afecta a las trabajadoras, dijo.

CONTRATOS DE PROTECCIÓN

Los Contratos Colectivos de Protección Patronal son aquellos pactos colectivos que no toman en cuenta la voluntad de las y los trabajadores. Son firmados a sus espaldas y aunque se les aplica, ni siquiera saben de su existencia, según información de la Fundación Friedrich Ebert. Las y los trabajadores sólo se ven «protegidos» por el sindicato interno de la empresa sin la posibilidad de crear el propio.

A decir de Francisco Hernández Juárez, presidente colegiado de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), no existe una estadística precisa en ninguno de los estados de la República sobre el número de contratos colectivos que existen actualmente.

Sólo el Distrito Federal, dijo, cuenta con esta cifra, la cual es 110 mil contratos colectivos, de los cuales sólo se revisan 5 mil; es decir, 105 mil nunca se examinan, se encuentran exactamente igual que al principio, con las mismas cláusulas y los salarios sólo se modifican cuando cambia el salario mínimo.

Cuando las y los trabajadores firman sin conocimiento un contrato colectivo ponen en desventaja la defensa de sus derechos humanos y laborales, explicó Hernández Juárez. Y en ese momento sólo cuentan con el sindicato interno de la empresa que no siempre los apoya.

Así ha sucedido en Grupo Salinas, Electra y Banco Azteca, donde un grupo de trabajadores deseaba crear su sindicato, pero cuando la empresa se percató de esta situación, 60 trabajadores de Banco Azteca fueron encarcelados, acusados de asociación delictuosa. «El pretender formar su sindicato fue considerado por el mismo gobierno como delito», dice Hernández.

TESTIMONIO

Durante el Foro, Elizabeth Ávalos, trabajadora de la industria de la maquila, dio un panorama más claro de las condiciones en las que viven trabajadoras y trabajadores que han firmado un contrato de protección patronal.

Desde hace 15 años, Elizabeth ha trabajado en la industria maquiladora de Ciudad Juárez, la cual, a decir de ella misma, cuenta con 400 fábricas maquiladoras en la que laboran 450 mil trabajadoras y trabajadores.

Y 15 por ciento de los sindicatos de esta industria pertenecen a la CTM y la CROM.

Elizabet cuenta que durante estos 15 años ha visto cómo se firman contratos de protección que presentan condiciones laborales poco satisfactorias para las y los trabajadores de la maquila.

«Nos encontramos con que tenemos que cambiar turnos aunque nosotras no lo queramos, con jornadas muy largas de trabajo y con hostigamiento sexual dentro de las maquilas».

Por ello, dice Elizabeth, ella y otras personas que trabajaban ahí buscaron la forma de mejorar estas condiciones y decidieron crear un sindicato. Al iniciar el proceso de creación se encontraron con que tenían que llenar una lista con los nombres de quienes deseaban formar parte del sindicato.

Posteriormente, esta lista debe ser depositada en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, «lo que hacemos con toda ingenuidad» dijo. Una vez depositada, «por arte de magia o de la CTM y la CROM», llega a manos de los patrones, lo que provoca que inmediatamente al interior de las maquiladoras comiencen los despidos de las personas que están en la lista o de los que se tiene la sospecha que están intentado organizarse al interior de la maquiladora.

«Cuando recurrimos a la Junta de Conciliación y Arbitraje supimos que ésta es tripartita, es decir, que aquí tenemos una representación de las y los trabajadores, una del patrón y otra del gobierno. Pero cuando creemos que podemos tener apoyo de esos representantes nos damos cuenta que sólo están para favorecer al patrón»

Por ello, las y los trabajadores de la maquila no han podido crear una organización más articulada que repercuta en mejores condiciones, sobre todo para las mujeres, pues la corrupción que impera en las Juntas y de los representantes sindicales de las empresas genera que «estemos en un estado de indefensión y la imposibilidad de mejorar las condiciones laborales», subrayó.

«Los representantes de la CTM y de la CROM que nos han atendido y la Junta de Conciliación y Arbitraje hacen todo lo posible porque los trabajadores no demandemos a la empresa. Están en un total proteccionismo hacia las empresas transnacionales de la ciudad».

Por ello, debemos luchar para que se termine con este sindicalismo de protección a las empresas que se viven en todo el país, consideró.

En el foro estuvieron presentes, además de Inés González y Hernández Juárez, Víctor Báez: secretario general de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT), y el doctor Alfonso Bouzas, investigador titular en el área de Estudios del Trabajo, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre otros.

07/HVR/GG/CV

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