Inicio Critican a BM por reunirse en Dubai, país explotador de niños

Critican a BM por reunirse en Dubai, país explotador de niños

Por la Redacción

La organización defensora de derechos humanos, Human Rights Watch, (HRW), cuestionó la displicencia del Banco Mundial (BM), cuya Junta de Gobernadores se reunió esta semana en Dubai, uno de los Emiratos Arabes Unidos conocido por explotar el trabajo infantil de inmigrantes.

«Miles de niños son traficados hacia los Emiratos, donde los usan como mendigos y jinetes en carreras de camellos», dijo a la agencia informativa IPS desde Dubai el activista Rory Mungoven, de HRW.

Los 1,7 millones de trabajadores inmigrantes de los emiratos constituyen el 90 por ciento de la población del país, y en su mayoría proceden de países en desarrollo como India, Pakistán, Sri Lanka, Turquía, Egipto, Bangladesh, Jordania, Nepal y Filipinas.

Dubai fue también sede, la semana pasada, de la reunión de ministros de Finanzas del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo.

Mungoven dijo a IPS que los trabajadores inmigrantes trabajan en «condiciones de mucha explotación» en Arabia Saudita y, en general, en el Golfo Pérsico, y que con frecuencia no están en condiciones de quejarse ni de buscar compensación.

«Se les impide formar sindicatos, y muchas veces terminan como rehenes de empleadores abusivos que confiscan sus pasaportes y sus visas de salida», agregó.

Los trabajadores inmigrantes que pretenden huir de sus terribles condiciones laborales o cuyos empleadores rompen la ley terminan en un estatus ilegal, perseguidos por el gobierno, sostuvo Mungoven.

«El Banco Mundial sabe que los migrantes son clave para el desarrollo económico, pero no prestan atención al lado oscuro del asunto. El Banco debería ser líder en los esfuerzos internacionales para protegerlos de la explotación y del abuso», afirmó.

La economía de todos los países del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar) depende fuertemente de casi 10 millones de extranjeros.

Entre los seis países figuran los mayores productores de petróleo del mundo. Emiratos tuvo el año pasado un ingreso por habitante superior a 20 mil dólares, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Este país, una federación de siete emiratos –Abu Dhabi, Ajman, Dubai, Fujairah, Ras al-Khaimah, Sharjah y Umm al-Qaiwain–, es la tercera economía del mundo árabe detrás de Arabia Saudita y Egipto. El petróleo representa 30 por ciento del Producto Interno Bruto y 75 por ciento de los ingresos.

«Los países del Golfo no dependen del Banco Mundial para obtener dinero. Pero son contribuyentes importantes y están buscando un mayor reconocimiento internacional por sus esfuerzos en materia de desarrollo, como queda en evidencia en la reunión de Dubai», dijo Mungoven.

El BM podría apelar a «la presión moral en nombre de los países más pobres» de Asia meridional y de Africa septentrional de donde proceden los inmigrantes, de modo de convertir éste en un problema de todos los miembros de la institución multilateral, agregó.

HRW pidió, en una carta dirigida al presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, que la organización se convierta en la fuerza motora de una convención de Naciones Unidas (ONU) dirigida a proteger a 175 millones de trabajadores inmigrantes en el mundo, en especial en el Golfo Pérsico.

La convención, que entró en vigencia el pasado 1 de julio luego de 13 años de haber sido aprobada por la Asamblea General, fue ratificada por solo 22 países, ninguno de ellos del Golfo.

Casi 60 por ciento de los inmigrantes del mundo viven en Europa o América del Norte. El resto residen en países del Golfo, en Japón o en Australia, entre otros.

Ninguno de los países ratificantes –entre ellos Bolivia, Egipto, Filipinas, Ghana, Guatemala, Marruecos, México, Senegal, Sri Lanka, Uganda, Uruguay– son receptores de inmigrantes, sino, por el contrario, emisores.

La convención tiene el propósito de proteger a trabajadores inmigrantes al reconocerles libertades fundamentales como las de sindicalización, expresión y credo, el derecho al debido proceso y a la equidad con los nacionales en materia de derechos sociales y económicos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) calculó que una de cada 35 personas del mundo es inmigrante, lo que representa 175 millones de personas.

2003/MES/MEL

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