La epidemia de cólera que golpea a Haití, desde mediados de octubre pasado, llegó en días recientes a Puerto Príncipe, donde ya se convirtió en una cuestión de seguridad nacional, informó Gabriel Thimoté, director general del Ministerio de Salud Pública y Población (MSPP).
El huracán Thomas, que azotó el noreste de Haití el pasado 5 de noviembre, dejó un saldo de 21 muertos, 36 heridos y seis mil 600 familias damnificadas, situación que acentuó el riesgo de propagación de cólera en el país.
Cifras proporcionadas por la oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) y el gobierno de Haití, han registrado hasta el momento nueve mil 971 casos de cólera y 643 muertes.
La oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCAH) confirmó ayer, que la epidemia de cólera llegó a la capital del país, donde se han reportado 583 muertos y más de nueve mil contagios.
Elisabeth Byrs, portavoz de OCAH en Ginebra, anunció que están preparados «para el peor escenario posible», por lo que montaron 15 centros de atención, siete en Puerto Príncipe con capacidad de mil camas y ocho fuera de la capital de Haití.
Se espera que los casos de cólera aumenten en las próximas semanas, a causa de las malas condiciones sanitarias en varias partes del país, aunado a las inundaciones provocadas por el huracán Thomas, que probablemente acelerarán la tasa de infección, resaltó la OCAH.
Los haitianos en campamentos de refugiados son el grupo de población con mayor riesgo de contagio. La semana pasada, ante la inminencia del huracán, algunas familias desplazadas, reforzaron sus tiendas de campaña y los albergues provisionales en los que viven, luego de que perdieron su hogar a causa del terremoto del 12 de enero de este año, mencionó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en un comunicado.
El gobierno haitiano y la comunidad internacional, buscan detener la enfermedad antes del próximo 28 de noviembre, fecha en que están programadas las elecciones presidenciales y legislativas, ya que no hay razones técnicas, de logística, de seguridad y presupuesto para frenarlas, aseguró a la prensa internacional Edmond Mulet, Jefe de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH).
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