Especialistas mexicanos en género y pobreza enumeraron los defectos de los proyectos productivos para mujeres, que han generado la opinión de que son ineficaces para abatir la pobreza entre la población femenina más marginada.
En el Seminario Internacional Sobre Género y Pobreza, la socióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en pobreza femenina, Guadalupe Espinosa, hizo un recuento de los factores que han impedido a los proyectos productivos impulsados por el gobierno Federal para beneficiar a las mujeres.
«Se ha dicho que los proyectos productivos para las mujeres rurales tienen poca rentabilidad, aunque se carece de evaluaciones sobre sus resultados», aclaró la investigadora.
Respecto a las campesinas señaló que cuentan con poco tiempo para participar en los proyectos productivos destinados a ellas, a lo que se suma la resistencia de las comunidades a su participación en éstos.
Añadió que los programas sociales para abatir la pobreza cuentan con pocos recursos para capacitación y maquinaria, mientras los proyectos productivos refuerzan las labores tradicionales de las mujeres rurales.
«Hay un millón de tortillerías » en el campo, ironizó Guadalupe Espinosa, quien lamentó que las reglas de operación de las iniciativas gubernamentales sean rígidas, lo cual inhibe la participación de las mujeres.
Asentó que se ha descuidado la perspectiva de género en tales proyectos, lo que ha provocado el prejuicio de que son poco rentables.
La investigadora, quien adelantó algunos aspectos de un proyecto piloto sobre oportunidades de ingresos para las mujeres rurales que será financiado por el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) subrayó que la falta de capacitación adecuada para las mujeres ha provocado que sus productos, como artesanías o vestidos sean de mala calidad.
Advirtió también que en México no existe una evaluación de la capacitación que se brinda para proyectos productivos y remarcó la falta de vinculación entre la capacitación productiva y con enfoque de género.
La representante del Banco Interamericano de Desarrollo Emma Naslund presentó por su parte experiencias y resultados de programas para abatir la pobreza y el analfabetismo desde un enfoque de género en Nicaragua y Costa Rica.
El seminario, iniciado ayer martes y que concluye este día, es organizado por el Indesol y el Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).
En él participan analistas de varios organismos internacionales, así como funcionarios de México y Latinoamérica.
2003/RM/AVL/MEL
