La ineficiencia de las agencias del Ministerio Público para hacer justicia a las mujeres es un problema cultural y de falta de incentivos, consideró Ana Laura Magaloni, directora de la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
En entrevista con Cimacnoticias sobre la impunidad en casos de violencia familiar, abuso sexual y violación a mujeres o niñas, Magaloni abundó que además de una falta de sensibilización sobre las diferencias entre hombres y mujeres, «hay un problema muy importante de incentivos.»
Por ello «observamos que las y los agentes del Ministerio Público resuelven los casos fáciles. Los casos a los que haces mención son casos muy complejos, requieren información profesional, policiaca, un tipo de apoyo que un ministerio público no hace.»
«Es más fácil consignar al chico que robo la botella en el supermercado que a un violador, es mucho más fácil y le premian lo mismo. Al Ministerio Público le premian el número de consignaciones», sentenció la abogada, defensora en 1997 de Claudia Rodríguez, a quien la justicia condenó a prisión por «exceso de defensa» tras disparar a su agresor.
De lo anterior, Ana Laura Magaloni concluye que urge profesionalizar a los ministerios públicos y, en primer lugar, pensar que requieren para hacer su labor.
«La calidad de la investigación policiaca es malísima», asegura la abogada tras realizar una encuesta entre población carcelaria para el CIDE, en colaboración con Elena Azaola y otros, sobre las razones que llevaron a estas personas a la cárcel.
«Si levantáramos bien las huellas dactilares o de semen, en el caso de violencia sexual, las fotos y otras pruebas» asegura Magaloni, la justicia tomaría otro rumbo.
«Ciudad Juárez es el caso paradigmático donde se nota la escasa capacidad de investigación policiaca. Me impresiona que por lo menos no le haya costado la cabeza a un gobernador. Me parece que en cualquier país democrático ya habría caído alguno. Una pena», remata la académica.
En otro sentido, la violencia intrafamiliar aún «no se atiende como un problema de salud pública, ni un problema de las instituciones y yo creo que hay una asignatura pendiente sin duda.»
Ana Laura Magaloni considera que se necesitan más datos sobre el fenómeno, saber qué ocurre en esos hogares y cómo se denuncia o se atiende y empezar a discutir desde allí el problema.
2003/MR/MEL
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