Inicio Dan 25 años de cárcel a secuestrador y homicida

Dan 25 años de cárcel a secuestrador y homicida

Por Dora Villalobos Mendoza

Una sentencia de 25 años dictó el Tribunal de Juicio Oral a Samuel Isidro Duarte Contreras por el secuestro de Cecilia Jazmín Chavarría Corrales, a quien sus familiares y personal de la Procuraduría de Justicia del estado han buscado infructuosamente desde el 21 de febrero de 2007.

Los familiares sostienen que Samuel Isidro la secuestró y la asesinó; no obstante, la fiscalía no pudo fincar responsabilidad por homicidio por falta de pruebas.

Francisca Corrales, madre de Cecilia Jazmín, fue de las últimas en rendir su testimonio. La señora narró la angustia que sufrió el 21 de febrero del 2007, cuando Cecilia Jazmín salió de su casa con Samuel Isidro para no regresar jamás. Contó que a las once de la mañana hizo la primera llamada a la casa de sus hijas Cecilia Jazmín y Sabrina, quienes cuidaban a su hermano menor, Elías Jonathan.

Fue el pequeño Elías quien le informó que Cecilia Jazmín no estaba en la casa porque se había ido con Samuel Isidro, su novio. La muchacha se fue en pantunflas. No se llevó nada. Dejó la bolsa, las llaves, el dinero.

Francisca volvió a llamar. Le preocupó que Cecilia Jazmín no regresara. Eso no era normal, sobre todo porque Sabrina estaba fuera y Cecilia se encargaba de llevar a Elías a la escuela.

Marcó al celular de su hija. La llamada se fue al buzón. Era raro. Cecilia Jazmín siempre contestaba.

La preocupación creció. Fue a la casa a buscarla. Eran como las dos y media de la tarde. Sólo encontró el recado que Elías dejó en la puerta cuando se fue a la escuela. Decidió ir a la casa de Samuel Isidro. La mamá del joven le dijo que no estaba, se encontraba en la escuela.

Pasaron las horas y Cecilia Jazmín no regresó. Por la noche decidió ir otra vez a la casa de Samuel Isidro. Esa vez sí lo encontró. El muchacho la atendió tranquilamente. Le aseguró que había dejado a la joven, a mediodía, en la Avenida de las Industrias, a dos cuadras de su casa. Incluso le mostró un mensaje en su celular que supuestamente le acababa de enviar Cecilia Jazmín. La muchacha decía que Samuel Isidro no era el padre del hijo que esperaba.

«Ese mensaje no era de mi hija, ella no escribía así. Más que mensaje era una carta», menciona Francisca, a quien le llamó la atención que al joven no le preocupara la desaparición de Cecilia Jazmín, que se portara como si nada ocurriera.

«Estaba demasiado tranquilo, con el celular en la mano, insistiendo en que leyera el mensaje», recuerda.

Cecilia Jazmín estaba embarazada. Su mamá la acompañó al Seguro Social cuando le hicieron los exámenes y le confirmaron que esperaba un hijo. Cuando salió del médico le confesó a Francisca que el papá era Samuel Isidro; que lo había conocido en la iglesia cristiana a la que acudían ambas familias.

La señora se enteró que el muchacho se molestó cuando supo que Cecilia Jazmín estaba embarazada; también, de que el noviazgo terminó porque el joven se desentendió de su hija. Después supo que Samuel Isidro buscó a la muchacha, pero no para reanudar el noviazgo, sino para exigirle que abortara. Cecilia Jazmín se opuso.

«Mi hija estaba muy triste, le podía mucho que Samuel Isidro le pidiera que abortara, ella quería tener a su hijo», enfatiza Francisca.

A los pocos días ocurrió la tragedia. Cecilia Jazmín se fue de su casa con Samuel Isidro y desde entonces no ha regresado. El día que desapareció, Sabrina recibió un mensaje que supuestamente le envió su hermana. Cecilia Jazmín decía que no se preocuparan por ella, que se iría para siempre, que estaría bien, que el hijo que esperaba no era de Samuel Isidro.

«Ese mensaje tampoco lo escribió mi hija. Es muy parecido al que recibió Samuel Isidro; más que mensajes parecen cartas, sin ninguna lógica», señala Francisca.

Samuel Isidro nunca se imaginó que la estrategia que utilizó como coartada se convertiría en la principal prueba en su contra. Seguramente el muchacho no sabía que, mediante antenas estratégicamente instaladas, las compañías telefónicas ubican cualquier movimiento de los celulares.

Según Samuel Isidro, el 21 de febrero del 2007 dejó a Cecilia Jazmín cerca de su casa, al mediodía, y no la volvió a ver. Sin embargo, a las 15:33 horas se hizo una transferencia de saldo del teléfono de Samuel Isidro al de Cecilia Jazmín. Unos minutos después, a las 15:35 horas, supuestamente Cecilia Jazmín envió el mensaje antes referido a su hermana Sabrina. Casi inmediatamente después, a las 15:37 horas, salió otro mensaje del teléfono de Cecilia Jazmín, esta vez para Samuel Isidro. El mismo que el joven le mostró a la señora Francisca.

La antena telefónica Cafetales, que se ubica al norte de la ciudad, detectó los movimientos de los celulares de Samuel Isidro y Cecilia Jazmín y los ubicó en las mismas coordenadas. Para el Ministerio Público y los familiares de Cecilia Jazmín no hay duda: Samuel Isidro se quedó con el teléfono de la muchacha después que la asesinó.

Sabrina se encontraba en Ciudad Juárez. El mensaje le pareció muy extraño, pero no le contestó inmediatamente a su hermana porque no traía saldo. Respondió hasta las 16:30 horas. «No se qué pasa. Vete a la casa», dijo Sabrina.

Este mensaje lo captó la antena José María Iglesias, que da cobertura a la colonia Infonavit donde estaba Samuel Isidro con varios amigos. Uno de ellos es Gustavo Alonso Ramos, quien testificó que Samuel Isidro recibió un mensaje a esa hora. Lo que el joven no sabía es que el mensaje no llegó al teléfono de su amigo, sino al de Cecilia Jazmín.

Sabrina recibió respuesta del celular de su hermana a las 17:16 horas. El mensaje insistía en dejar claro que Samuel Isidro no era el papá del hijo que esperaba. Según los movimientos que detectó la antena José María Iglesias, a esa hora las coordenadas de los teléfonos de Samuel Isidro y Cecilia Jazmín eran idénticas.

Sabrina contestó el último mensaje a las 17:17 horas, pero el teléfono de Cecilia Jazmín ya no registró este movimiento. Todo indica que el aparato fue destruido.

Samuel Isidro confesó dos veces. No obstante, el Tribunal de Juicio Oral no admite esas confesiones porque no estuvo presente la defensa del inculpado. En la primera, el día que lo detuvieron, durante el traslado de Ciudad Juárez a la capital chihuahuense, dijo a los agentes de la Policía Ministerial que mató a Cecilia Jazmín accidentalmente. Aseguró que discutieron, forcejearon, ella se cayó y se pegó en la cabeza en un escalón.

Confesó que metió el cuerpo en costales y lo tiró en el río Sacramento. Aunque los ministeriales escribieron el relato y lo incluyeron en el expediente, los jueces lo invalidaron por ser autoincriminatorio.

Samuel Isidro confesó nuevamente en el Cereso. Reiteró ante otro agente ministerial que la mató accidentalmente y tiró el cuerpo al río Sacramento. Este relato está grabado, pero tampoco vale para el Tribunal de Juicio Oral.

El cuerpo de Cecilia Jazmín aún no aparece.

09/DV/YT

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