Miles de jóvenes celebran en Suazilandia el fin de un ritual que las forzaba a la castidad entre los 16 y los 24 años. El rey Mswati III, el último monarca absoluto de Africa, recuperó en 2001 esta antigua costumbre con la excusa de evitar la expansión del Sida. El ritual, conocido como umchwasho, obligaba a las jóvenes a lucir unos pañuelos con borlas como símbolo de su castidad.
En principio, la medida iba a tener una vigencia de cinco años, pero el rey ha tenido que abolirla después de sólo cuatro ante las fuertes críticas de sus súbditos y, sobre todo, ante la voz de quienes acusaban al propio monarca de no observar el rito, informó La Ciudad de las Mujeres en la Red.
Suazilandia es uno de los países más afectados por el Sida. Al menos 480 mil personas de su escaso millón de habitantes están infectados con el VIH.
EL REY, SANCIONADO
Durante la vigencia del umchwasho, si una mujer con una edad comprendida entre los 16 y los 24 años quería mantener relaciones sexuales, debía arrojar su pañoleta simbólica en la casa del hombre, obligando a su familia a pagar una vaca o 200 dólares (unos 164 euros) en efectivo.
El propio rey, a pesar de tener 12 esposas, fue sancionado con el pago de una vaca al relacionarse con una joven virgen días después de la entrada en vigor del rito.
En una ceremonia simbólica que ha reunido a miles de jóvenes en el estadio real de Ludzidzini, las mujeres se han deshecho de sus pañuelos para celebrar el regreso de la libertad sexual.
La celebración coincide con un baile que se organiza anualmente y al que siempre asiste Mswati III. El monarca, de 37 años, suele aprovechar el acontecimiento para elegir nuevas esposas entre las jóvenes.
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