La moral sexual basada en el castigo, el pecado y la prohibición que se impone en Querétaro, vulnera los derechos de las mujeres católicas, y el mayor problema es que esa moral se aplica en las políticas públicas con leyes que calificamos como retrocesos, afirmó el representante estatal de Católicas por el Derecho a Decidir, (CDD) Guillermo Hernández González.
Al inicio de la campaña «Otra mirada católica del aborto», impulsada por CDD en 9 estados de la República, Hernández González dijo que durante este mes se informará a las mujeres católicas de Querétaro que existen situaciones en las que el aborto no puede condenarlas a la excomunión y que dejen de pensar que se trata de un pecado.
Explicó que Querétaro es el cuarto estado del país del que más mujeres acuden al Distrito Federal para practicarse una Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y eso demuestra que la prohibición que priva en la entidad no ha garantizado que los abortos dejen de llevarse a cabo.
En Querétaro, los abortos mal practicados son la cuarta causa de muerte materna, ya que al ser considerados como un delito, las condiciones en que las mujeres abortan son deplorables y provocan que las más pobres recurran a clínicas clandestinas.
Guillermo Hernández dijo que frente a la prohibición del aborto en el estado, que obedece principalmente a una tradición moral basada en los conceptos de la Iglesia sumamente conservadora y radical, la campaña busca dar a conocer los argumentos de la tradición católica que respaldan el derecho a decidir de las mujeres.
La campaña incluye mensajes en espectaculares y la transmisión de un spot de radio, así como información en la página Web de Católicas por el Derecho a Decidir (www.catolicasmexico.org) y de la línea telefónica 01800 837 3730.
Refirió que la organización CDD cuenta con el apoyo de teólogas y teólogos que han recopilado los argumentos de la Iglesia acerca de las excluyentes del aborto y de los 15 años de trabajo que tienen en México, llevan 10 años en Querétaro trabajando a favor del respeto del derecho a decidir de las mujeres.
«Somos un grupo de laicos que nos reconocemos como católicos y reconocemos que desde nuestra identidad católica como practicantes, somos Iglesia y tenemos la posibilidad de disentir con la Jerarquía y al mismo tiempo tenemos los argumentos que muy generosamente comparten con nosotros teólogas y teólogos», finalizó.
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