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Datos duros revelan inequidad y rezago para mujeres mexicanas

Por Adriana Rodríguez González

Datos duros de diferentes instituciones públicas del país revelan que la situación en que viven las mujeres mexicanas es aún de inequidad, discriminación y rezago, aunque algunos índices señalan avances, producto de la lucha ciudadana que a diario llevan a cabo, desde iniciativas personales, organizaciones y aún instituciones, a favor de sus derechos humanos.

Conforme a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2006, la tasa de participación en el trabajo extra-doméstico era del 78.7, mientras que para las mujeres era del 40.7, lo que significa una diferencia de 38.

Dicha diferencia es más acentuada en los estados de Chiapas y Tabasco donde dichos indicadores son de 55.5 y 47.6 puntos porcentuales, respectivamente.

La ENOE 2006 indica que la participación femenina en el trabajo extra-doméstico es mayor en las ciudades; mientras que en las localidades rurales esta tasa es de 28.4, en las zonas más habitadas aumenta al 45.4.

Este comportamiento es inverso en el caso de los hombres, según la encuesta, a medida que crece el número de habitantes por localidad, disminuye la participación masculina, pasando del 82.4 en localidades de 2500 habitantes, al 77.3 en aquellas con 100 mil o más habitantes.

El 20.3 por ciento de las mujeres insertas en el mercado de trabajo son comerciantes, vendedoras y dependientas; le siguen las artesanas y obreras (13.9 por ciento); las oficinistas (13.4 por ciento); las trabajadoras domésticas (11.0 puntos porcentuales) y las empleadas de servicios (10.1).

En contraste, únicamente el 10.3 por ciento de los hombres se ocupan como comerciantes, vendedores y dependientes, concentrándose el 20.9 en la categoría de artesanos y obreros, seguidos por los agricultores (19.1).

De acuerdo a la distribución por sexo en cada una de las ocupaciones, la ENOE 2006 señala que las ocupaciones más feminizadas son la del trabajo doméstico remunerado y las de maestros y afines (90.4 y 62.9 por ciento, respectivamente), mientras que la ocupación con mayor proporción de hombres es la de operadores de maquinaria agropecuaria, en donde no se registra la presencia de ninguna mujer, seguida por la de operadores de transporte (99.6 puntos porcentuales), la de administradores agropecuarios (93.6) y la de protección y vigilancia con un porcentaje de 93.1.

Datos relativos al ingreso de la ENOE indican que a medida que el nivel de dicho ingreso aumenta, el porcentaje de mujeres que lo recibe es de menor comparado con el de los hombres.

Así, mientras que el 29.5 por ciento de los hombres recibe ingresos mensuales que no rebasan los dos salarios mínimos, la proporción de mujeres en esta situación el porcentaje es del 42.9.

MUJERES Y POLÍTICA

Sobre la problemática de la participación y representación política femenina, según datos de la Presidencia de la República, al 31 de julio de 2007, del total de los 51 cargos de primer mando del Gobierno Federal, 10 estaban al mando de mujeres, es decir el 20 por ciento.

También al 31 de julio, de los 128 escaños que componen el Senado de la República, 23 eran ocupados por mujeres, lo que representa el 18 por ciento de su composición total.

En cuanto a la composición de la Cámara de Diputados, del total de los 500 legisladores, 113 son mujeres, lo que equivale al 22.6 por ciento del total.

MUJERES, MIGRACIÓN Y FECUNDIDAD

Respecto a la migración, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) destaca que la movilidad territorial de las mujeres ocurre en edades más tempranas en comparación con los hombres, aunque en ambos casos dicha movilidad se concentra entre los 15 y 34 años.

Por otra parte, el Instituto también señala que desde mediados de la década de los sesenta, cuando el número de hijas e hijos por pareja alcanzaba el máximo histórico de 7.2, México ha observado un descenso de fecundidad tras pasar de 5.7 en 1976 a 2.2 para el año 2000.

Por grupos de edad, las tasas de fecundidad muestran que los mayores índices ocurren en mujeres de entre 20 y 24 años.

Asimismo, los datos disponibles presentan una reducción de fecundidad adolescente, que, según la CNDH, se redujo de 102 nacimientos en 1976 a 63 en 2006.

Por entidad federativa, los estados con alta fecundidad son Guerrero y Chiapas –con 2.5 hijas o hijos por mujer — mientras que el Distrito Federal destaca como la zona con menor número de nacimientos, con una tasa que no rebasa dos hijas o hijos, por debajo de la nacional.

MUJERES Y EDUCACIÓN

Respecto a la educación, el INEGI señala que en Aguascalientes, Coahuila, el Distrito Federal y San Luis Potosí, entre el 97.3 por ciento y el 97.9 por ciento de niñas y niños de entre 6 y 11 años asisten a la escuela; en el sentido opuesto, dicha participación en los estados de Chiapas y Guerrero es de menos del 95 por ciento para el caso de ambos sexos.

Entre la población de 12 y 14 años que asiste a la escuela, los datos muestran que en el Distrito Federal, 95.2 por ciento de la población masculina y el 95.5 de la población femenina en este grupo de edad asisten a la escuela; de manera contraria, en Michoacán dichos porcentajes son del 83.8 y 85.2, respectivamente; mientras que en Chiapas los mismos son del 86.2 y 82.1, respectivamente.

En Chiapas, además, se observa mayor diferencia porcentual entre hombres y mujeres con 4.1 puntos de desventaja las mujeres con relación a los hombres.

A nivel nacional el porcentaje de participación entre mujeres y hombres de 15 a 29 años que asiste a la escuela se reducen a 53.1 y 53.8, respectivamente, para aquellos de 20 a 29 años, éstos son de 14.7 por ciento entre los hombres y de 12.8 por ciento entre las mujeres.

Por entidad federativa, se observa que el Distrito Federal tiene la proporción más alta de jóvenes entre 15 y 19 años que asisten a la escuela (67.8 por ciento de hombres y 67.0 por ciento de mujeres; mientras que Guanajuato es el estado con menor porcentaje (41.2 por ciento y 41.0 por ciento, respectivamente).

En el grupo de edad de entre 20 a 29 años, Quintana Roo es el estado donde se observa la menor participación escolar, con 9.3 por ciento para los hombres y 8.5 para las mujeres.

Aguascalientes y Chiapas tienen los porcentajes de participación masculina más altos en todo el país (35.4 por ciento ambas), y, además, Aguascalientes es una de las entidades federativas –la otra es Campeche– donde la participación femenina es mayor (32.7 y 32.4, respectivamente).

En las zonas rurales es donde se encuentra mayores índices de analfabetismo, particularmente entre las mujeres. Casi una de cada cuatro no sabe leer ni escribir.

A nivel nacional, siete de cada 100 hombres y 10 de cada 100 mujeres son analfabetas.

SALUD

En términos de salud pública, de acuerdo a datos de 2007 del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (Ceameg) de la Cámara de Diputados, en México existen dos problemas de salud que se ven agravados por razones de sexo. Los primeros, los eventos de embarazo y parto, donde la falta de acceso a la atención médica representa el principal riesgo para las mujeres en la etapa reproductiva.

De acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Enasaut) 2006, de los 2.5 millones de embarazos que se registran al año, 370 mil mujeres no tienen acceso a una atención profesional al momento del parto.

Las cifras de mortalidad en este sentido, indican que las mil 400 muertes anuales ligadas a problemas del embarazo, el parto y el puerperio, cerca del 70 por ciento se concentran en los estados del centro y sureste del país.

En segundo lugar se encuentran el sobrepeso y la obesidad, que afecta a un 71.9 por ciento de las mujeres frente a un 66.7 por ciento de hombres. Factor de riesgo que deriva en padecimientos con la diabetes mellitus, principal causa de muerte en el país y cuya mortalidad femenina es de 67.7 por cada 100 mil mujeres.

08/AR/GG

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