Inicio Debe enfrentarse el aborto como servicio público legal: Lamas

Debe enfrentarse el aborto como servicio público legal: Lamas

Por Hypatia Velasco Ramírez

Las causas de la mortalidad y morbilidad materna tienen que ver con la desigualdad por cuestiones económicas, por lo cual la única manera de enfrentar el problema es concibiendo el aborto como un servicio de salud reglamentado en los hospitales públicos.

Así lo consideró Marta Lamas, antropóloga y presidenta del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), durante su ponencia en el Foro Taller de las Iniciativas en materia de aborto, llevado a cabo hoy en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) en torno al tema de la interrupción del embarazo y la ley de aborto en México.

Actualmente, el panorama que tenemos cuando se habla de una ley para despenalizar o no el aborto va de la mano de la decisión moralmente cínica de cerrar los ojos y dejar florecer el negocio del aborto clandestino que va en contra de la salud y la vida de las mujeres, subrayó.

Por otro lado, y pese a los índices de mortalidad en esta práctica, las mujeres están acudiendo a abortar «aunque les diga que es pecado o ilegal». Continúa siendo la solución para ellas, por lo que es necesaria una política más amplia que empiece por despenalizarlo.

Al respecto, recordó la declaración de monseñor Alberto Iniestra, obispo auxiliar de Madrid, en 1985 cuando se despenalizó el aborto en España: «Mi conciencia rechaza totalmente el aborto pero mi conciencia no rechaza la posibilidad de que la ley no lo considere delito».

Para Lamas, este puede ser un contexto muy útil que ayude a pensar en el aborto en términos jurídicos y no morales, pues lo que hizo el prelado, explicó Lamas, fue deslindar y decir que aunque muchos no pueden estar de acuerdo con la interrupción del aborto «una cosa es no estar a favor de él y otra es a quién le sirve una la ley que no lo considere delito».

Con respecto a la ley en México, Lamas se cuestiona si ésta dará un cambio o se continuará con una legislación que no cumple e intenta meter cada año a «cientos de miles de mujeres a la cárcel por abortar ilegalmente».

«O modernizamos la ley o nos seguimos haciendo guajes», enfatizó.

Otra cuestión que es necesaria tomar en cuenta es que México no puede sustraerse a las leyes internacionales que hay sobre derechos sexuales y reproductivos, a decir de Lamas.

Por lo que existen muchísimas cuestiones que discutir ante las despenalización del aborto, «es importante salirnos de la discusión sobre si darle un sí al aborto o un no, y sobre quién debe tomar la decisión».

No es necesario sólo plantear la despenalización del aborto sino también las condiciones que hagan posible que las mujeres ya no interrumpan sus embarazos, pues lo que realmente queremos, dijo, es que ninguna persona se enfrente a un aborto.

Y la despenalizando o penalización tienen que ver con diversos elementos, como tener una sociedad capaz de decirle a una mujer que quiere tener una hija o un hijo: «nosotros nos vamos a hacer cargo de tu bienestar económico y te vamos a capacitar para que te puedas sostener».

Es importante distinguir entre lo que sería el debate de leyes y un debate social, además es necesario contar con el marco internacional pues el panorama mundial de leyes que penalizan o despenalizan la práctica del aborto pone en evidencia dos cuestiones: que ningún código penal equipara jurídicamente aborto con asesinato, ni siquiera el derecho canónico, y que la tendencia mundial va en sentido de la despenalización y de abrir oportunidades para que las mujeres no tengan que abortar.

Para Lamas es menester dilucidar si nos sirve una ley que actualmente nadie cumple, porque si se cumpliera «no cabrían las mujeres en las cárceles que tenemos».

La condición principal para interrumpir o no un embarazo tiene que ver con la libertad de conciencia y mientras no cambien estructuralmente las condiciones de miseria sexual, de ignorancia y de pobreza económica en que viven la mayoría de nuestra población nadie podrá impedir los abortos.

«Hay que analizar las condiciones en que las mujeres llevan a cabo la interrupción del embarazo y si era o no su deseo abortar o tuvo otras razones; las mujeres que sí lo querían lo viven como una liberación y las que no viven el síndrome pos aborto».

Este tema, explicó, nos hace ver que somos una sociedad que conduce a las mujeres a que aborten cuando no lo desean, sobre todo aquellas que siendo obreras, cajeras y/o meseras corren el riesgo de ser despedidas por lo que se ven obligadas a interrumpir su embarazo.

El verdadero debate se centra en el acceso a los buenos servicios del aborto, toda vez que existe un problema de justicia social y una fractura impresionante al respecto que es imperante resolver lo cual sería uno de los tantos pasos que se tienen que dar para llegar a la despenalización.

Respecto a las justicia social, debemos proponerle al gobierno que mantenga hasta su mayoría de edad a las y los hijos no deseados de las mujeres a quienes se impide abortar legalmente y que a las que sí desean finalizar su embarazo y tienen dificultades económicas se les otorgue un seguro que les permita mantenerlas a ellas y a sus hijos.

De nada sirve la ley si no hay también apoyos económicos para aquellas mujeres que sí quieren tener hijas e hijos y si no se abren mejores canales de adopción para quienes quieren prescindir de los cuidados de un infante.

07/HVR/GG/CV

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